Ayer, finalizado el partido del Molinón entre el Sporting y el Recreativo (0-0) consideré el empate favorable a los intereses del Deportivo, encaramado ahora en la clasificación sin un rival que le iguale, al menos en esta última jornada. Dato importante, aunque también parece oírse la advertencia de una voz recordando el peligro para todo equipo que se deje llevar por la corriente. Hay lucha, si no para el liderato sí para los primeros puestos de la tabla, en donde hasta podría incluirse al Lugo que, tal como leíamos ayer en La Voz de Galicia, «vuelve a ser un equipo práctico», virtud que no todos aciertan a valorar en un equipo de fútbol.
Si en este comentario aparece el conjunto lucense, se debe en parte al interés por hacerle ver al lector que hasta el Mallorca (en el caso de que los de Oltra sumaran los puntos que ayer disputaron en Murcia) corre por el prado de una Segunda División que por arriba, aparece luciendo una hierba verde, suave que igual invita a correr como a mecerse con propósito de recuperar fuerzas.
Por la tarde encontré desolado a un amigo gijonés, afectado por el empate de su equipo frente al de Huelva. Sin embargo, este asturiano tuvo el bonito gesto de felicitarme por el triunfo del Deportivo en Córdoba. Cuando le hice ver que todavía falta mucha Liga respondió: «La hierba pisada no vuelve a crecer igual, y los puntos que ahora se ganan, después tendrán un valor doblado».
La frase, nunca escuchada, ojalá pueda ser repetida al final de esta lucha por el ascenso.