José Juan se convierte en la bestia negra del Sabadell

M. Álvarez LUGO / LA VOZ

CDLUGO

Repitió gran actuación ante los arlequinados como la pasada campaña

29 oct 2013 . Actualizado a las 11:52 h.

Después del golpe que sufrió la semana pasada con Pablo Sánchez en un entrenamiento, que le costó cuatro puntos de sutura, muchos pensaban que José Juan devolvería la titularidad a Dani Mallo contra el Sabadell. Pero, finalmente, Setién reiteró su confianza en el vigués. Este respondió con una notable actuación y dejó la puerta a cero en el triunfo de los rojiblancos.

José Juan llegó la pasada campaña al Lugo en plena madurez. A la sombra de Yoel -intervino únicamente en once partidos de Liga-, dejó una actuación para el recuerdo en la Nova Creu Alta. Curiosamente, contra el Sabadell. Paradójicamente, en un triunfo por 0-1 para los rojiblancos. Pero el cancerbero es un futbolista bregado, con un largo recorrido a sus espaldas.

El Ourense, recién descendido a Segunda B, contactó con el actual guardameta del Lugo en la campaña 1999-2000. A los veinte años, recaló en la ciudad de As Burgas para colocarse a la sombra del veterano Ramón. Argibay era el preparador de los rojillos. «Lo habíamos seguido en los juveniles del Colegio Hogar y lo fichamos del Valladolid», recuerda. Con rol de suplente, actuó con solvencia en las ocasiones que se le presentaron durante la temporada.

Argibay explica que José Juan «era muy poderoso bajo los palos, con un buen tren inferior y mucha agilidad. Poseía buenos fundamentos con el balón en los pies y mucha calidad».

Aquella temporada, el Ourense se midió en la Copa del Rey contra el Barcelona. Perdió 1-2 en O Couto y salvó un empate imborrable sin goles en el Camp Nou.

Cambio de nombre

José Juan, por aquel entonces conocido como Josiño, continuó en el Ourense dos temporadas más. Después, pasó por el Celta, regresó a la ciudad de As Burgas, y se marchó a Ciudad de Murcia, Granada 74, Águilas y Granada antes de recalar en el Lugo.

Argibay, su ex entrenador, lo observa con frecuencia en el Ángel Carro. «Es un buen profesional y lo he visto muy sereno y maduro», afirma.