Tras su renovación, el técnico planifica ya la próxima campaña
06 jul 2012 . Actualizado a las 03:14 h.Quique Setién (Santander, 1958), es un auténtico ídolo para la afición del Lugo. El entrenador confirmó el martes que dirigirá al conjunto rojiblanco otra temporada más, después de ascenderlo a Segunda A y de esperar por un Racing que no llegó. No descarta convertirse «en el Álex Ferguson» del Ángel Carro.
-El club y usted se han esperado.
-Hablé con Carlos [Mouriz], le expliqué que tenía que darme un pequeño plazo, que se prolongó más de lo que queríamos. Nunca negué que estábamos esperando la resolución de la jueza que podía cambiar la actual situación en el Racing.
-¿Con la resolución negativa se le cierran allí las puertas?
-Es un paso prácticamente final. Tengo claro que las cosas allí no van a variar, y mi decisión de quedarme en Lugo es definitiva.
-¡Cuatro años en el mismo club!
-No es fácil de ver, es sorprendente. Vine por un año, y no sé si acabaré como Ferguson.
-Vuelve a entrenar en Segunda.
-Mis aspiraciones siempre han sido conseguir que mi equipo juegue bien, sea en Primera, Segunda o Segunda B. La satisfacción personal para mí llega como consecuencia de jugar bien, estar a gusto, no de los éxitos.
-Ha encajado en Lugo como un guante.
-Porque hay seriedad y sentido común. Yo necesito que la gente que está por debajo de mí esté contenta, y también el club.
-Con usted el club ha crecido.
-Si vemos el respaldo de toda la ciudad el día que estuvimos dando la vuelta con el autobús, uno está encantado de haber podido contribuir. Esto llega como consecuencias de los éxitos.
-¿Vio el ascenso más difícil este año que el pasado?
- El año pasado estaba convencido de que lo podíamos conseguir. Este, no tenía la misma fe.
-El ambiente se caldeó en Cádiz cuando habló de que intentaron tocar a alguno de sus jugadores.
-Siempre pienso que esto no debería pasar, y te descoloca.
-¿Cambiará mucho el plantel?
-Se necesitan cambios. Vamos a ver. Hay dudas, incertidumbre, miedo a equivocarse. Espero no tener que tomar decisiones influenciado por motivos sentimentales. Porque estos son los peores momentos del año para mí.