Patxi Salinas lamenta los incidentes de Vilalba

M. Pichel, L. m. Rodríguez LUGO, OURENSE / LA VOZ

CDLUGO

08 dic 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Racing Vilalbés y Ourense se jugaron anteayer el liderato de la Tercera División. El partido no defraudó a las expectativas y tuvo de todo, polémica arbitral incluida. La tensión con la que acabó se vivió también camino a los vestuarios, con un supuesto empujón entre el presidente racinguista, José Antonio Pita, y el entrenador rojillo, Patxi Salinas. El dirigente, muy contrariado con la actitud del técnico tras el encontronazo, declinó ayer hacer declaraciones. «Para mí, el tema está ya zanjado», explicó. El técnico vasco sí expuso su versión de los hechos.

Salinas se mostró sorprendido por los acontecimientos: «No entiendo qué quería la afición local, porque nosotros nos quedamos más de quince minutos en el campo, celebrando una victoria importantísima con nuestros seguidores».

En el campo de A Madalena, los vestuarios están bastante separados del terreno de juego y de las gradas, y estas están elevadas con respecto a la pista de atletismo. Los seguidores locales, indignados con el resultado, se acercaron al borde para despedir a los visitantes.

Una situación que Salinas narra así: «Cuando nos acercábamos a la caseta, vimos a cuatro guardias civiles intentando contener a unos cuarenta aficionados, así que les pedimos que nos protegieran, porque la zona de vestuarios es exclusiva para jugadores y cuerpo técnico. Entonces me echó la mano a la camisa un hombre que se identificó como presidente del Vilalbés, pero yo insistí a las fuerzas de orden en que no podían consentir que tanta gente se mantuviera allí». En cuestión de unos pocos minutos se despejó la zona.

Los expulsados del Ourense -el delantero Eder y el preparador físico David Carnero- fueron también el punto de mira de los hinchas más exaltados. Pero la sangre no llegó al río, y la tranquilidad llegó prácticamente al instante. De hecho, mientras los jugadores se duchaban, Patxi Salinas conversaba animadamente con el entrenador y el director deportivo del Lugo, Quique Setién y Carlos Mouriz. Dos más de los espectadores que llegaron al estadio en un número de casi mil.