Entrevista | Pablo Núñez González Nunca había escrito nada pero este domingo estará codeándose con escritores reconocidos gracias a su novela, ambientada en el Lugo de los romanos
11 oct 2006 . Actualizado a las 07:00 h.?uando ayer por la mañana Pablo Núñez González (Lugo, 1973) recibió una llamada que le anunciaba que está entre los diez finalistas del prestigioso Premio Planeta, se quedó sin habla. Su novela Las hijas del César opta al primer premio y al accésit que se entregan el domingo. -¿Tiene confianza en estar entre los dos primeros? -Pues a ver. Yo confío en la limpieza, porque el año pasado hubo algo de follón. La verdad es que sólo esperaba que me lo publicasen. No esperaba estar entre diez de cuatrocientos y pico porque desconfiaba de mi calidad literaria, aunque creo que la historia puede ser atractiva. Pero es mi primera novela. -Pues no está nada mal para empezar... -No, la verdad es que no. Estoy en una nube. Sólo había hecho cosas en el instituto, pero ya ni lo recuerdo. -Es de suponer que, con esta experiencia, repetirá. -Sí. Ya tengo otra novela en vías, ambientada en la Guerra Civil. Ésta era la primera, y la presenté en otra editorial pero no hubo suerte. -¿Le garantizan que la publican por estar entre los diez primeros? -No, ellos estudian la publicación de todos los que quieran. Pero sé que otros años publicaron los diez primeros y más. -Su objetivo era sacarla al mercado. -Sí. Aún ahora es mi mayor preocupación. Porque creo que es una historia que puede gustar a la gente. Es un relato que a mí me ilusionó escribir. -¿Cuánto tiempo estuvo trabajando en la novela? -La empecé hace seis años, pero entre documentarse, pulirlo y todo eso, me llevó tres años. Le dediqué bastante tiempo, y además escribí gran parte a mano y son más de 400 páginas. -¿«Las hijas del César»? -Sí, es un relato entre romanos y celtas en la época de la romanización de Lucus Augusti, cuando se finalizaba la muralla (siglo III). Habla de amoríos, intrigas, etcétera. -¿Por qué esa época? -Siempre me interesó mucho el período romano. Y todos los días paso por delante de un Patrimonio Histórico de la Humanidad. -¿Y si el domingo escucha su nombre? -Pues no sé lo que haría. Me pondría muy nervioso.