«Es muy importante no arrodillarse, mantener el orgullo de la voz del pueblo»

F. Rodríguez, P. Blanco CARBALLO / LA VOZ

VIMIANZO

MARCOS RODRÍGUEZ

El cómico italiano Leo Bassi volverá mañana a Vimianzo con su espectáculo «El último bufón»

20 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Mañana • 21.30 horas • Casa da Cultura • Entrada: 5 euros (precio reducido: 2,5) • El cómico de origen italiano Leo Bassi regresará mañana a Vimianzo tras dos años desde su última función en la capital de Soneira. Es algo que lo tiene contento, tal y como contó en Radio Voz Bergantiños, sobre todo porque vuelve a Galicia: «No voy solo a Vimianzo sino que tendré cinco espectáculos», avanza.

-Repite, y eso quiere decir que en Vimianzo lo trataron bien.

-¡Muy bien! En Galicia siempre. Y no solo encuentro gallegos en Galicia. Trabajo por todo el mundo, desde Argentina a Australia, y también allí hay gallegos. ¡Parece que los hay por todas partes! ¿Sabes? Incluso en Chile, donde estuve ya tres veces, hay una isla que se llama Chioé y la conocen como Nueva Galicia. ¡También ahí estuve tres veces! Tengo algo con Galicia, ¡no se! Ahí está el mar, eso de viajar, y yo que soy hombre de circo también me gusta, por eso quizás siempre nos estamos así encontrando.

-En el 2016 visitó Vimianzo con «Utopía» y mañana lo hará con «El último bufón», espectáculo en el que repasa sus 40 años de trayectoria. ¿Qué nos puede contar de la función?

-Es un repaso, además, filosófico. Hace ya unos años que empecé a pensar que soy el último bufón, porque lo que yo he vivido en mi vida, el haber nacido en un circo, es un mundo que no existe ya. No habrá nuevas generaciones con la experiencia que yo he tenido. Del otro lado, con el desarrollo de la tecnología, Internet, youtubers y todo esto, veo que había más libertad antes en la relación directa con el público. Las cosas hoy son como más complicadas, por eso he pensado en crear un espectáculo donde con orgullo reivindico ser el último que ha conocido una época diferente, la más antigua del mundo.

-Para bien o para mal siempre ha tenido fama de polémico. ¿Se siente más observado ahora, en este mundo actual?

-He vivido y crecido siempre, con mi padre, mi abuelo, mi bisabuelo, con la idea de que un payaso no ha de tener miedo del poder, y sí ponerse al lado del público, al lado del pueblo, del pobre, reírse de los ricos. Antes hacía esto en las carpas y en las plazas, y ahora lo he traído a la televisión o a Internet. ¡Y mira por dónde no se pueden decir ciertas cosas! El poder se enfada e intenta limitar la libertad de expresión. Es una lucha que yo y mi familia siempre hemos conocido. Es muy importante no arrodillarse, mantener el orgullo de la voz del pueblo.

-Tiene antepasados, y de hecho volvemos a este espectáculo, que guardan conexión con los hermanos Lumière. ¿Cómo es esto?

-Es algo muy impactante. Hace dos años y medio, mi hermana, que es historiadora en Berlín, hizo un descubrimiento: que los hermanos Lumière, inventores del cine, habían llevando su cámara al circo y habían filmado a mi bisabuelo y a su hermano. Los hermanos Bassi. Son cinco cortos de 30 segundos de 1896. Por tanto, 122 años de distancia. ¡Es increíble, histórico, algo que me llena de honor poder mostrar que hay una continuidad entre lo que yo hago y lo que mi padre y mi abuelo o bisabuelo hacían! Es algo único, el poder mantener esta herencia.