El monarca visitó también la playa muxiana de O Coído y charló con los voluntarios
02 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Ya en la víspera, el entonces vicepresidente Mariano Rajoy se había acercado hasta la Costa da Morte tratando de atajar las críticas y la ola de indignación suscitada por la marea negra del Prestige y la gestión del Gobierno. Y un día después, el 2 de diciembre del 2002, fue el propio jefe del Estado, el rey Juan Carlos, el que visitó la Costa da Morte para conocer de primera mano el alcance de la marea negra y mostrar su solidaridad con los habitantes de los pueblos afectados. Una de las paradas de aquella visita fue en Laxe, donde rompió el protocolo para acercarse hasta los niños del colegio y hablar con las vendedoras de pescado que reclamaban ayudas con una pancarta. «Fuenteovejuna, todos a una», dijo el monarca recuperando el clásico de Lope para reclamar unidad, un llamamiento que había formulado poco antes en Muxía, localidad a la que también se desplazó esa misma jornada y en la que bajó a la playa de O Coído para hablar con los voluntarios que luchaban contra el fuel. Los vítores que recibió el rey durante aquella jornada, contrastaron con los gritos de protesta que cosecharon los políticos que lo acompañaban.