Para Chelo, Jose y Sergio

Ramón Vigo Sambade IN MEMORIAM

CEE

JOSE MANUEL CASAL

12 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Si yo nombro a José María Vieites Calo seguramente la mayoría de los ceenses no serán conscientes de a quien me refiero, a pesar de que vivió entre nosotros durante décadas hasta que el pasado jueves, un madrugador e inoportuno ataque cardíaco ponía fin a sus setenta años de vida después de haber solventado con éxito otros graves problemas de salud en los últimos años.

Pili y yo nos enteramos casi en tiempo real, fruto de la rápida información que recibimos los políticos aun cuando no estemos en la cresta de la ola. Se nos heló el corazón por el afecto mutuo que sentíamos por él.

Llegó a Cee y era el novio de Chelo la del Express, posteriormente se convirtió en el marido de Chelo la del Express, después pasó otra etapa en la que era el padre de los gemelos del Express hasta que por fin, y por derecho propio se transformó en Pepe el del Express, con el que muchos pasamos innumerables horas de confidencias, de debate, de cordialidad y un inmejorable servicio con aroma familiar. 

La cantidad de personas que por su café desfilaron son o fueron fieles testigos de la veracidad de mis afirmaciones. Nombraré a algunos, a todos me resultaría imposible: la familia Freire, Sara Beiro y la suya; las hijas, nietos y bisnietos de Moncho del Trancho; Chus Lema y familia; Salvador Mosteiryn y la suya; Fraga, el abogado, y la tropa de clientes que lo perseguían en la búsqueda del marco perdido; el abuelo de mis hijos cuando era director de la oficina de empleo; Conchita y Pepón Sánchez; Mon, el bibliotecario de Cee; Enrique de Lado; la pandilla de mi amigo José Carlos Leis, fieles a su cita dominical: los miembros de la Asociación Micolóxica Pan de Raposo y los de la Peña Madridista Marea Blanca; y mi hijo Álvaro, que desde que era muy niño mantenía intensas conversaciones con Pepe y que el otro día lloraba en su exilio universitario italiano cuando le daba la noticia por teléfono. Seguro que alguna conversación les quedó pendiente.

Me decía don Manuel, el desaparecido párroco de Santa María de A Xunqueira, natural de Serres-Muros, que Cee acogía muy bien, pero que nunca te consideraba uno de ellos. Yo le rebatía y decía que todo lo contrario: a Cee le pasa como a Madrid, donde el que se asienta ya es de allí, por eso Pepe del Express era de Cee.

Cuando pasees por el Bosque Animado dale un abrazo a mi padre y a mi tío Joaquín siempre fieles, también, al Express. Hasta siempre.