De frente, el mar de Carballo

Patricia Blanco
Patricia Blanco CRÓNICA CIUDADANA

CARBALLO MUNICIPIO

16 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

De un tiempo a este parte, han sido varias las iniciativas municipales en Carballo destinadas a difundir la idea -asentada en algo real, obviamente-, de que Carballo es mar. Esto es, que Carballo tiene mar, agua, océano abierto, una fuente de posibilidades de ocio, de turismo, de deporte (véase el surf) y, por supuesto, también de economía. Carballo mirando ao mar, con perfiles digitales muy activos, que es por donde se mueven ahora mucho las olas de la información, es una de ellas. Práctica, estética. Hace llegar su mensaje. Ciertamente, hay muchas ideas asociadas y divulgadas de Carballo, buenas y menos buenas. De un tiempo a esta parte, afortunadamente, más de las primeras que de las segundas, porque así es. Carballo es teatro, es audiovisual y digital (¡nada menos que 120 webseries para el Carballo Interplay en solo una semana!), es arte urbano, es mercado de jueves, es capital comercial, es tierra de pan, de Alfredo Brañas, municipio acogedor... Así, Derrubando muros con pintura tiene un espíritu que bien podría trasladarse a muchas otras tesituras. Porque hay muros de prejuicios, en unos casos, y de desconocimiento, en otros, que también sería muy importante echar abajo, con la correspondiente información. Volvamos entonces al mar y al esfuerzo comunicativo. A solo unos siete minutos en coche de la capital municipal -algunos más caminando o en bicicleta, que también se puede- hay cada mañana soleada, como la de ayer, un universo azul. Una fina línea de horizonte de esas sobre las que se balancea tanto últimamente el escritor Manuel Rivas. Pueden encontrarla en Razo o en Baldaio, entre otros puntos, y semeja un mundo distinto, ajeno al ajetreo diario. De verdad que no cuesta nada. Es gratis. Por allí, hay quien entrega sus primeras horas a caminar de una punta a la otra del arenal para concluir la actividad con un baño previo a la jornada laboral. Personas ya entradas en años que desprenden buena salud. Quizás por esa práctica. En medio, se toman la molestia de explicar al que no sabe qué se puede recoger en las rocas del arenal. Hace unos días, en otras latitudes del país, alguien me preguntó cómo es la costa de Galicia. Si es que hay alguna playa con arena o, en cambio, es todo acantilado. A un gallego puede sonarle rara la cuestión, pero está al mismo nivel de muchos otros residentes, más cercanos, que se sorprenden al saber que Carballo tiene mar. Puede que, durante algún tiempo, también se haya vivido algo de espaldas a él, como ocurrió con el río pese a la riqueza natural que ofrece el Anllóns, creador de espacios tan necesarios como el Bosque do Añón. Por suerte, existen esas iniciativas destinadas a divulgar la riqueza de mar que tiene Carballo. Y, por suerte también, existe ese propio mar. Visto de frente, es un paraíso vital.