Pequeños y mayores disfrutaron del 33.º Día da Bicicleta tras dos años de parón a causa del covid. En el pelotón, unos 400 ciclistas
15 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Para un municipio como el de A Laracha, uno de los pioneros en la organización del Día da Bicicleta allá por 1988, dos años sin esta cita ya era demasiado. Y el placer del retorno se notó ayer desde bien pronto, pues la Praza do Concello, lugar de salida, estuvo abarrotada de ciclistas desde más de una hora antes del comienzo. Bebés, niños, adolescentes, adultos o ancianos, todos estaban deseosos de volver a pedalear los más de 15 kilómetros que separaban el inicio del final, en la Praza Eduardo Vila Fano de Caión. En el pelotón no faltaron, por supuesto, los distintos clubes de la contorna. Tanto los locales, como Laracha, Laracha en Dúas Rodas y Downhill, como los vecinos Media Ducia, Carral o Arteixo, llenaron de colorido el asfalto bajo unas condiciones meteorológicas inmejorables para la práctica deportiva.
En total fueron cerca de 400 ciclistas los que comenzaron su ruta en Laracha y llegaron hasta Caión cruzando Paiosaco, Lestón, el Monte da Estrela o Xermaña, entre otros lugares. Fueron animados por vecinos y vecinas que decidieron salir de sus viviendas para disfrutar más de la cita. «É unha proba que naceu co afán de incrementar o uso da bicicleta e ver que, tras 33 edicións, a participación segue sendo tan alta, significa que foi un acerto», señalaba muy satisfecho el alcalde, José Manuel López Varela. Igual de contenta estaba Patricia Bello que, como en cada una de sus catorce jornadas como concejala de Deportes, volvió a ponerse el casco y subirse a la bici: «É moi fermoso ver as familias, aos clubes e a todos os veciños unidos, e ademais chegar a Caión con este día... Máis non se pode pedir!». O sí, llevarse un periódico cargado de información a casa, pues se repartía La Voz.
Lo cierto es que, tanto en el punto de avituallamiento como en la meta, solo se oían buenas palabras acerca de la organización. No era una competición y, aunque los más jóvenes, pedían una marcha más a los coches que dirigían el pelotón, el ritmo fue tranquilo, el necesario para disfrutar como se merece del tremendo paisaje. Un placer que se dieron todos los que asumieron las dos únicas imposiciones: llevar casco y tener ganas de pasarlo bien. Dos consignas que tenía bien claras Mario Canedo, un niño con diversidad funcional al que acompañaba su padre, Fernando, en una bicicleta adaptada a las necesidades de su hijo. Ambos, de Arteixo, forman parte de la Fundación Enki y participan en este tipo de pruebas para visibilizar casos como el del joven Mario. «Sempre que podemos vimos a este tipo de marchas porque son moi levadeiras e supoñen unha forma de facer piña como sociedade, que últimamente estamos moi separados», comentaba el padre en el punto de descanso que se habilitó en la subida al Monte da Estrela. Ambos permanecían subidos a su especial bicicleta, con tres ruedas, dos sillines y dos manillares, aunque solo pedaleara Fernando: «Esta foi comprada nos Países Baixos, pero aquí é moi difícil de atopar e, ademais, moi cara».
Protección Civil y Policía Local
En una cita en la que participaron sobre 400 ciclistas, también es obligado destacar el trabajo de los que controlaban el pelotón subidos en el coche. Pues la Protección Civil y la Policía Local volvieron a estar a la altura, llevando una velocidad adecuada y cortando el paso con el tiempo necesario para que no hubiese problemas con los que llevaban menos ritmo. Gracias a su labor no se registraron más sustos que algún leve contacto entre gregarios del pelotón.
«Andar en bicicleta é a miña menciña»
A punto de cumplir los 78 años, Andrés García Mol (Sofán, 1944) disfrutó ayer como un enano. «Dende que me decatei que volvía a marcha ciclista, hai catro meses, xa estaba esperando este día», comenta uno de los grandes pedaleadores del concello, pues todos los vecinos aseguran verlo más sobre las dos ruedas que sobre las cuatro de su coche. «Ten bastantes máis quilómetros esta bicicleta que o meu coche», asegura también el protagonista, que al recoger el regalo como el más veterano una vez finalizada la prueba valoró la importancia de estas citas, que se alejan de la competición. Su habilidad sobre la bici no dejó lugar a dudas, contaba con experiencia desde su infancia, cuando ya hacía los recados sobre pedales. Una costumbre que mantiene en la actualidad afincado en A Laracha, en donde antes arreglaba camiones y ahora disfruta de su tiempo libre.
«Eu ca bicicleta sempre digo que cun tiro mato seis pombos: o primeiro o gusto de andar nela, non me importa o cara ou boa que sexa; o segundo, éme bo para a diabetes; o terceiro, necesito este movemento para reducir o colesterol; o cuarto, vaime moi ben para a artrose; o quinto, o aforro de combustible que fago, que iso hoxe en día é importante e, por último, non contamino», indica un Andrés que rechaza la modalidad eléctrica: «Eu gozo moito de darlle caña e, cando non poida, que me quiten o bailado». «Andar na bicicleta é a miña menciña», concluye García Mol. Frente a él, la participante más joven, Lara Rega Rodríguez, que con dos años recién cumplidos, recibió el regalo a la más joven del pelotón.
Adrián Pérez se llevó el premio gordo
El larachés Adrián Pérez Cayazzo, del lugar de Padronelo, se llevó el regalo más deseado por todos los participantes. Se trataba de una bicicleta que supuso el punto y final al sorteo celebrado en la Praza Eduardo Vila Fano de Caión y promovido por el Concello, La Voz de Galicia y Radio Voz. A sus 16 años, el joven podrá disputar así las futuras ediciones de esta cita sobre su nuevo bici de Mountain Bike B-Essence XC 10. Su cara de felicidad en el escenario lo dice todo.
Aplausos y premios para los participantes
P. BLANCO
Si ansias por salir tenían en la Praza do Concello, ansias por recibir al pelotón había en la plaza de Caión. Ya desde una hora antes de que los ciclistas hiciesen su entrada se arremolinaba la gente, que aplaudió espontáneamente la llegada. Por eso nadie dudó en secundar la llamada del periodista de La Voz Antón Lestón cuando invitó a los presentes a volver a reconocer con palmas a la organización. Él fue el encargado de presentar el sorteo, en el que además de la bici para Adrián Pérez, hubo suerte para Nicolás Muíño, Symon Skeley y Samuel Quintela (se llevaron equipaciones ciclistas), Pablo Pena Varela, Óscar López Velo y Francisco Castro Rabuñal (juegos de mesa), Rafael Ferro Iglesias (altavoz bluetooth), Jesús Manuel Puñal (dos entradas para el Warner), Damián Veiga (fin de semana de alojamiento) y Xabi Rega Rodríguez (tratamiento de bienestar). Sobre el escenario, además de Bello y López Varela, entregó detalles el concejal Alberto Blanco.
