Evaristo Lareo: «Cos políticos hai que saber navegar»

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CARBALLO / LA VOZ

A LARACHA

BASILIO BELLO

LOBOS DE MAR | Armador jubilado y expresidente de las federaciones de cofradías de A Coruña y de Galicia. Desde 1982 ha ostentado algún cargo público y aún preside el GALP Costa da Morte

03 ago 2019 . Actualizado a las 21:30 h.

Hace siete años que se desguazó el Estrella Verde, el último cerquero de Caión, un puerto que llegó a tener 540 marineros, casi 30 veces más de los que hay ahora. El último día del 2011, su propietario, Evaristo Lareo Viñas, dejó de ser armador, pero siguió al frente de la cofradía, de la que se hizo cargo en 1982, hasta las elecciones. No fue su única prórroga. Sigue presidiendo el GALP Costa da Morte, con lo que es, probablemente, el pescador que más tiempo ha ejercido algún tipo de cargo público. De momento, lleva 37 años en el tajo.

Vivió en primerísima línea el Mar Egeo y el Prestige y los tiempos en los que una tarrafa podía descargar 150.000 kilos de sardina por la mañana y otros tantos por la noche, con tripulaciones de hasta 32 hombres.

Con él se acabó la estirpe de los Lareo dedicados al cerco y de los Lareo presidentes de la cofradía de Caión. Le precedieron su padre y su abuelo, pero sus hijos «teñen traballos en terra» y es prácticamente imposible que sus nietos vuelvan al mar.

En febrero del 2000 fue elegido presidente de la federación provincial y cinco años más tarde, de la gallega, donde no consiguió renovar.

El Prestige hizo que saliera en todas las televisiones, comiera con el Rey «e a súa dona» y tratara en varias ocasiones con Rajoy. Desde 1982 lidia con representantes institucionales a distintos niveles. Su experiencia es un grado para el GALP Costa da Morte. «Cos políticos hay que saber navegar», asegura. Trata con ellos y ejerce. «Con todos o trato foi sempre bo e intentaron solucionar os problemas o máis pronto posible. Tes que estar a ben con todos aínda que non sexan da túa idea para o ben da nosa xente», señala. Y en eso sigue.

Dice que es fácil tratar con la gente del mar, pero tuvo sus problemas. Durante la huelga por los precios del gasoil le montaron un piquete delante de su casa, igual que hicieron con Genaro Amigo (expresidente de la federación nacional ya fallecido) en Malpica. Fue la única vez, según dice. A pesar de eso lograron eliminar las tasas de la gasolina.

Así pues, ha tenido que hacer frente a muy pocas tempestades tanto en el mar como en los despachos o en los muelles, quizá porque ha sido un buen navegante en todos los ambientes o porque ha tenido suerte. Se incorporó a la faena de la pesca en el barco de su padre con 16 años, una edad bastante tardía para lo que se estilaba entonces. «Moitos empezaban con nove ou dez anos por necesidade, para axudar ás familias», reconoce. Era el 68 cuando se dedicó por entero al mar y al año siguiente botó el Estrella Verde, que estuvo en activo hasta la Nochevieja del 2011. Nunca tuvieron un percance importante. El cerquero nació y murió en el astillero de Senande, en Cabana, donde el puente permaneció unos años tras el desguace.

BASILIO BELLO

En Caión llegó a haber muchos barcos de cerco con tripulaciones de entre 25 y 32 hombres porque llevaban una embarcación de remolque. Hoy en día, en barcos del mismo tamaño van entre 8 y 10 personas, en el mejor de los casos. Entonces, los marineros llegaban de la costa de Arteixo o de Carballo, pero a principios de los 70 la construcción en A Coruña fue desarrollándose y los pescadores fueron dejando los barcos. «Preferían soldos máis fixos», asegura Evaristo Lareo, y mejores condiciones laborales. Si el del mar es un oficio duro, hace más de 40 años era un puro infierno. «Non había onde deitarse porque dentro do barco ía sardiña. Eran horas sen descansar e se daba para saír outra vez, volta para traballar ata as 11 ou 12 da mañá», recuerda. Tampoco era una riqueza porque las fábricas de harina de pescado eran las principales consumidoras de esas toneladas y toneladas de jurel o sardina que se vendía a solo a unas pocas pesetas el kilo. Un auténtico estrago al que se fue poniendo coto a base de normativa, aunque la contención va con el carácter. «O que é furtivo será furtivo sempre, fagas o que fagas», dice.

«O do Prestige foi duro, pero fixeron ben porque aínda hoxe esperariamos para cobrar»

A Lareo le pilló la crisis del Prestige siendo presidente de la federación provincial de cofradías y patrón de Caión, puerto afectado también por el Mar Egeo. No bien habían cobrado las indemnizaciones por el daño causado por el incendio del barco frente a la Torre de Hércules, cuando el buque griego se partió. La gestión del naufragio hizo que el chapapote se extendiera por casi toda la costa gallega, pero la forma de tramitar las ayudas fue completamente distinta. «O do Prestige foi duro, pero fixeron ben porque aínda esperariamos a cobrar», señala. Reconoce que representar «ás mulleres e aos homes do mar da provincia naqueles tempos foi o máis complicado», pero dice que siempre fue bien atendido. Además, el mar demostró que en la zona tiene una gran capacidad de recuperación, aunque nada volvió a ser lo mismo.

Caión fue empequeñeciéndose en materia de pesca hasta quedar reducido casi a la nada. De hecho, todos los armadores que quedan forman parte de la asamblea, por lo que no hay elecciones. La cofradía se mantiene porque no tiene gastos, pero tampoco ingresos, porque apenas hay una veintena de socios y la lonja no funciona. Un funcionario pagado por la Xunta es el que trabaja allí y los patrones mayores cobran. Evaristo nunca lo ha hecho, en ninguno de los cargos que ha ejercido y eso que le ha dedicado mucho tiempo a la representación de los pescadores y mariscadores de toda Galicia.

A pesar de eso, pocas cosas han cambiado en cuanto a la forma de pensar de los pescadores. Es muy difícil que el sector se regule por sí mismo. «Hai 50 portos con cerco en toda Galicia e se uns non van, van outros polo que non podes controlar os prezos e, ao final, o peixe acaba tirado no peirao», dice.