Molinos restaurados hace años vuelven a caer en el olvido

Juan Ventura Lado Alvela
J. v. Lado CEE / LA VOZ

A LARACHA

Tanto las propias construcciones como las áreas en las que se asientan urgen mantenimiento para resultar accesibles

28 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Los molinos fluviales, elemento central de la etnografía patria, porque modelaron durante siglos desde la alimentación y la economía hasta las relaciones entre adolescentes y quienes no lo eran; vivieron hace dos o tres lustros una segunda juventud. Con ejemplos pioneros como los de Toba (Cee), otros también cuidados, como en A Laracha o Malpica; enclavados en lugares de ensueño, como los de Verdes (Coristanco); con ruta propia, como los de Cabana, o destinatarios de fuertes inversiones, caso de O Mosquetín (Vimianzo) supusieron una importante recuperación patrimonial en la zona.

Sin embargo, dado los entornos en los que se encuentran, con una naturaleza que enseguida recupera su sitio en cuanto el hombre desaparece, y la utilización de maderas en exterior, tan común en estas restauraciones de nuevo cuño, hace que hoy día las deficiencias sean numerosas.

En Cee, la concejala del PSOE, citaba estos días la falta de mantenimiento en Toba, Brens y Ameixenda, como uno de los achaques importantes a la gestión del alcalde. Y resulta fácil comprobar que en algunos de estos casos la falta de volver a darles una mano es evidente, porque si bien se ha recuperado alguna pasarela, hay incluso techos que se caen.

En general en casi todos los lugares se ven afectados por las crecidas, pero el caso de Verdes es especialmente significativo por los daños tan importantes que todavía esperan reparación, actuaciones que están previstas que arranquen la semana que viene. También ya hay quien se ha puesto manos a la obra, como en el área del Río Negro, en Muxía, donde hace unas semanas los desperfectos eran numerosos y a día de hoy lucen reparados en buena medida.

Aunque es un asunto que se presta bastante a la demagogia, porque incluso se escuchan políticos que dicen que habría que recuperarlos todos y ponerlos a funcionar, ignorando que son miles y tienen dueños; sí es cierto que tienen todavía mucho que enseñar y recordar de donde viene todo un pueblo. Para ello, aunque ejemplos recientes exitosos, como el de A Agra, en Vimianzo, a parte de aguantar paredes y reponer techos, hay que dotarlos de contenido pedagógico.