El campeón que mejor resiste la rampa de cemento de O Ézaro, su «regalo» tardío

Antón Lestón Lago
antón lestón CARBALLO / LA VOZ

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Anton Leston

El ciclista asturiano sumó este domingo su segunda corona en el Gran Fondo Ézaro

11 jul 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Toda España se levantó ante el televisor por su culpa aquella mañana del 9 de agosto del 2008. Samuel Sánchez (Oviedo, 1978) tenía 30 años y sumó la primera medalla de oro de los Juegos Olímpicos de Pekín para la delegación española en la prueba de ciclismo en ruta. El seleccionador Paco Antequera había elegido un equipo de lujo para vestir el maillot nacional, con Óscar Freire, Alejandro Valverde, Alberto Contador y Carlos Sastre. Sin embargo, fue Samuel, que ya había vencido alguna etapa de La Vuelta, el que resistió junto al grupo de cabeza y ganó al esprint.

Luego llegarían algunas de sus mejores actuaciones, como el segundo puesto en el Tour de Francia del 2010, hasta que en el 2017 abandonó el profesionalismo tras una carrera que le permitió viajar por todo el mundo y disfrutar de todo tipo de paisajes. No obstante, pocos consiguieron atraparle como la Costa da Morte. Este domingo, participó por tercera vez consecutiva en el Gran Fondo Ézaro y obtuvo su segunda victoria, aunque para él, el verdadero premio es poder disfrutar de toda la zona. «Yo descubrí esto en La Vuelta del 2013, cuando subimos el mirador y terminamos en Fisterra. En el 2016 volvimos y acabamos la etapa en lo alto de O Ézaro, pero hasta que vienes relajado no sabes que hay aquí esta maravilla de la naturaleza y la calidad paisajística», señala el campeón olímpico, a pie de la cascada dumbriesa.

«Ezequiel me lo propuso en el 2021 y como mi suegra es de Marín, le dije a mi mujer de venir aquí a pasar un par de días. Fue increíble porque venimos con el tiempo suficiente que nos permitiese ver Carnota, Corcubión y toda la Costa da Morte. No sé si lo tenéis muy en cuenta, pero la verdad es que es un regalo», resalta Sánchez, que esta vez optó por otra compañía. Llegó a O Ézaro con el también exciclista profesional Benjamín Noval y su hijo, además de otros integrantes de una grupeta asturiana con la que rueda habitualmente. Llegaron el sábado, con tiempo: «Vinimos para comer y poder ver el Tour tranquilos», dice mientras Noval y su hijo, también Benjamín Noval, aprecian por primera vez la desembocadura del río Xallas, alabando cada detalle de la pasarela que recorre todo el entorno de la cascada.

Lo cierto es que la marcha cicloturista organizada por la empresa EmeSports, de Ezequiel Mosquera, y el Concello de Dumbría es ya una fecha marcada en rojo para muchos deportistas por el mismo motivo: la posibilidad de practicar deporte entre unos paisajes únicos, a lo que se animaron esta vez más de 600 personas.

Adrenalina y diversión

Uno puede pensar que a un deportista que se ha enfrentado a tanto sacrificio físico y mental como los ciclistas, no le pueden quedar ganas de volver a coger la bicicleta tras la retirada. Samuel lo desmiente: «Descansas un par de años, pero después necesitas volver a soltar esa adrenalina y lo haces con la competición. Yo también practico gravel y, en invierno, hago esquí alpino», cuenta Sánchez, que obtiene grandes resultados también en la nieve. Además, gerencia su propia academia ciclista, la MMR Academy.

basilio bello

No obstante, en pocos retos disfruta como en O Ézaro, en donde el domingo reeditó su victoria del 2021 tras un final en el que el joven ceense José Carlos Trillo se lo puso muy complicado: «Seguimos siendo competitivos, pero aquí lo importante es disfrutar, y es difícil no hacerlo pasando por Carnota, Muros o con las dos subidas, la del Alto da Laxe y esta del mirador. Es la tercera vez que vengo, y si me invitan por cuarta vez, aquí estaré».