La Justicia profunda

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira FUERA DE JUEGO

CARBALLO

15 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Desconozco qué tipo de relación mantuvieron la madre nacida en Torea (Muros), a la que una jueza de Marbella le retiró de forma provisional la custodia de su hijo porque, entre otras cuestiones, residía en la «Galicia profunda», ni el «entregado» padre que ejerce como médico en la «Marbella cosmopolita». No conozco a la juzgadora y tampoco al progenitor. Y de la progenitora, solo puedo decir que estuve con ella una tarde en compañía de sus abogados por la entrevista publicada en La Voz de Galicia.

Un padre tiene los mismos derechos que una madre a tener la custodia de un hijo. Eso cae de cajón. Y un juez, o jueza, cuenta con herramientas jurídicas suficientes como para fijar una resolución por causas objetivas. Existe un principio básico, el del interés superior del menor, en el que se deja claro que en una decisión de semejante calibre, el togado debe priorizar siempre los derechos del niño, que en este caso, no hay que olvidar que tiene 18 meses. No se trata de un adolescente, sino de un bebé cuya dependencia de la madre, en todo el sentido de la palabra, es mucho más acusada. Y lo suscribe uno que es padre de un niño de cinco años.

Un juzgador no debería emplear términos que pueden ser mal interpretados. Susceptibles de ser armas arrojadizas. No es necesario referirse a una madre como «egoísta, caprichosa, inmadura, agresiva e irrespetuosa», que su actitud «es de una hostilidad y una falta de respecto inadmisibles», que no tiene intención de buscar trabajo o que vive en la «Galicia profunda», además de conceder la custodia al padre por «haber sido [ella] la responsable de haber propiciado esta situación familiar». ¿Sería justo si todos estos calificativos le fueran atribuidos al progenitor? Ya puestos a interpretar, de lo que se deduce en este auto es que la madre es la responsable de la ruptura sentimental y deja al padre libre de toda sospecha. Incluso se desliza que ella se trajo a su hijo a Galicia «con la oposición expresa del padre». Hay quien incluso interpreta estos hechos como un nuevo caso Juana Rivas. Pero no hubo secuestro alguno, ya que hasta que se publicó el controvertido auto, el 8 de octubre del 2021, ningún juzgador puso impedimento legal alguno para que esta madre se pudiera llevar al bebé hasta su «Galicia profunda».