Cantar y sardinas

Estevo Silva Piñeiro

CARBALLO

01 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

En una ocasión, una especialista de la salud nos explicó de forma coloquial que el gran secreto para una vida larga era el siguiente: cantar y sardinas. Me quedé realmente contento, porque en cualquiera de las dos cosas llevo toda la vida. No en vano mis colegas más cercanos me suelen llamar «cantante»; apodo que me hace justicia en cualquiera de sus acepciones, sean positivas o negativas.

En el caso de las xoubiñas la cosa se me torna evocadora. Recuerdo tiempos hermosos de colores claros; veo el hogar de mis abuelos paternos, llegar por las tardes y merendar un bocata de sardinilla Rianxeira -ya no las veo mucho por el supermercado- en pan de Casa Dora, acompañado con un vaso de gaseosas Viturro (disculpen las cuñas, pero son inherentes a este recuerdo), y después recoger un puñado de margaritas silvestres que la abuela ponía en un vaso con agua sobre la lavadora.

Una vez leí que las sardinas en lata, siempre en aceite de oliva, son de los diez mejores alimentos que te puedes meter en el estómago. Su ingente cantidad de Omega 3 las hace oro puro para nuestro organismo, pero también para la fauna marina, pues son una parte fundamental en la cadena alimentaria de un sinfín de especies. Por eso debemos respetar las cuotas, por injustas que sean, si queremos seguir disfrutando de ellas y no exterminarlas como tenemos por costumbre hacer con todo lo que vive.

Así que ya saben amigos míos: cantar y sardinas para tener una buena salud física y cerebral. Se conoce que el señor Toni Cantó sigue una dieta distinta.