Aún conservan un proyector de películas de los años cuarenta

La Voz

CARBALLO

21 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El salón está plagado de pequeños tesoros en todas sus estancias: bolsas repletas de viejas entradas, toda una pila de carteles que colocaban en el exterior para anunciar las novedades y hasta los indicadores para «mayores» y para «todos los públicos».

La joya de la corona, sin embargo, es un antiguo proyector que data de los años cuarenta y que, pese a que fue adaptado en su día para conseguir más potencia, conserva su aspecto original. En esa misma sala, que uno podría considerar la más importante del cine, allí donde ocurre la magia, también guardan un tocadiscos, los mandos de control, los artefactos para rebobinar las cintas y hasta la silla donde solía sentarse el operador durante toda la sesión para controlar que la maquinaria funcionase bien.

El Clavo, de Rafael Gil y protagonizada por Amparo Rivelles y Rafael Durán, fue el primero de los centenares de largometrajes proyectados en Buño. Después vendría la época de los grandes musicales, cuando las niñas eran Dorothys y los niños Gene Kellys. Algo que no ha cambiado demasiado: ya a mediados de siglo triunfaban las americanas. «O cine español non se vía moito».