Desde el 2009 se han producido seis fallecimientos, la mayoría de ellos por imprudencias

La Voz

CARBALLO

20 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El joven Max Hildert falleció en Langosteira por una imprudencia. A la última persona que lo vio con vida ya le pareció que estaba nadando demasiado lejos. También Krystian Robert Strzelecky, peregrino polaco, murió por arriesgarse al querer tocar el mar desde las rocas del Cabo. En Mar de Fóra se ahogó el italiano Gulio Recusani, en el verano del 2010. En esa ocasión también hubo polémica porque el hombre pasó 20 minutos pidiendo socorro. Unos meses más tarde recuperaban el cadáver de un catalán que intentó coger percebes.