22 nov 2014 . Actualizado a las 05:10 h.
Antiguamente, los pueblos y aldeas ribereños difícilmente se inundaban porque se construía en lugares en los que la memoria de sus habitantes garantizaba estar a salvo de las crecidas. Con el desarrollismo feroz del último medio siglo, el hormigón lo copó todo. En Carballo se construyó encima del Anllóns. No es extraño que ahora Augas de Galicia señale del peligro en las zonas inundables. No hay nada como la prevención. Sería conveniente tomar medidas.