La mitad de la flota de Malpica, además de numerosas lanchas de recreo, participó ayer en la procesión marítima de Malpica, que fue seguida por mucho público, tanto desde el muelle y la playa como en las propias embarcaciones.
La tradición se mantiene, aunque muchos armadores son reticentes a participar en el recorrido, que ayer pudo completarse porque el estado del mar permitió llegar casi hasta las islas Sisargas. De la seguridad en el agua se ocuparon tres lanchas de Protección Civil, de Carballo y de Malpica, que tuvieron que remolcar a puerto una barca que quedó sin motor, y la Guardia Civil del Mar. Dos agentes en una zódiac hablaron con los participantes para recomendarles que mantuvieran la distancia de seguridad y antes de que se formara la comitiva apercibieron a algunos patrones que circulaban por el puerto a más velocidad de la recomendable.
Esta vez, la virgen llegó algo más tarde de lo previsto al muelle y no salió por la bocana del puerto hasta cerca de las seis de la tarde. Se embarcó en el Hermanos Varela Cambón, que fue el único buque que se prestó a llevar la imagen. El patrón Sergio Varela aseguró que la familia quería suerte para su nuevo cerquero, por lo que se decidió a portarla. El anterior barco de los Varela Cambón, el José Alejandro, llevó el pendón.
En tierra, voluntarios de Coristanco, Cerceda, Carballo y Malpica se ocuparon de la seguridad de los espectadores y de que la imagen de la virgen llegara sin dificultad al barco, lo que les dio que hacer en algunos momentos, debido a la gran cantidad de gente que se agolpaba en el muelle.
El buen tiempo hizo que Malpica se llenara de gente por lo que resultaba bastante difícil encontrar algún estacionamiento. El Concello habilitó un aparcamiento a la entrada del casco urbano, en el Ventorrillo, que fue utilizado por muchos automovilistas. El resto se repartieron por el puerto y en el acceso al centro urbano, con turismos subidos a las aceras.
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