Con la implicación de toda la tribu

Luis García

CARBALLO

28 sep 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

En educación, como en tantas cosas en la vida, la clave del éxito es anticiparse a los problemas, «velas vir», tomar la iniciativa, ser proactivos antes que reactivos. Empieza el curso, y en el ámbito educativo una cuestión subyacente y recurrente es la alta tasa de fracaso escolar. Según un informe reciente del Consejo Económico y Social, en España el 28% de los alumnos no obtienen el título de secundaria y el 31% no obtienen ninguno de educación post-obligatoria.

El fracaso escolar es siempre un problema preocupante, pero en tiempos de crisis económica se paga a un precio especialmente alto. En una coyuntura como la actual, en la que la capacidad de «reciclaje» profesional y la formación permanente son requisitos para poder moverse en el mercado, el estancamiento de tantos estudiantes en la ESO supone un obstáculo para el desarrollo profesional.

Las causas del fracaso escolar son complejas y variadas, pues, aparte de las de índole personal, en la mayoría de los casos son determinantes las del entorno social. Recuerda el proverbio africano que «para educar a un joven hace falta la colaboración de toda la tribu» y en nuestro contexto jugamos todos (centro educativo, familia, amigos, televisión, Internet...). Obviar alguno de de ellos es enfocar mal el problema.

Arranca el curso y si conseguimos la implicación de toda la tribu (...) estamos tiempo de poner remedio a cosas que pudieran tornarse irremediables. Y ya sabemos que la tendencia inherente al ser humano es echar la culpa a otros. Ya lo dicen Les Luthiers: el mejor amigo del hombre no es el perro, sino el chivo expiatorio.