Cuando la ganadería se alía con el bosque

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BIODIVERSA GALICIA

XOSE CASTRO

En el Día Internacional de los Bosques, el sector primario recuerda que prácticas primadas dentro de los ecoesquemas de la política agraria común (PAC) como el pastoreo pueden ayudar a cuidar el monte al prevenir incendios

22 mar 2022 . Actualizado a las 13:36 h.

Hoy, 21 de marzo, es el Día Internacional de los Bosques. No es para menos que se dedique una jornada a alabar las múltiples funciones que estos espacios desarrollan a la hora de proteger el planeta. Una de esas funciones es la de ejercer de grandes sumideros de carbono. El departamento de Edafología de la Universidade de Santiago (USC) ha registrado en un estudio realizado recientemente la distribución de carbono en los suelos de la España peninsular. Ahí muestra como el stock de carbono en los suelos forestales de Galicia está entre 170 y 250 toneladas por hectárea, mientras que los valores más bajos (entre 20 y 40 toneladas) están en terrenos agrícolas de regiones semiáridas o áridas.

El dato es suficiente para entender la importancia de conservar los montes. De hecho, su conservación y regeneración pueden ser un vehículo para que explotaciones o industrias agroalimentarias compensen su huella de carbono en línea con las directrices que marca Bruselas.

La biomasa árborea de Galicia contiene en torno a unos 60 millones de toneladas de carbono, mientras que en toda la Península habría unos 412 millones de toneladas.

Uno de los grandes problemas a los que se enfrentan los bosques gallegos, sobre todo en aquellas zonas más despobladas como el interior de Ourense es el fuego. La cuestión es que combinar la explotación forestal con las actividades ganaderas puede ayudar a prevenir incendios, pero además prácticas como el pastoreo estarían primadas dentro de los ecoesquemas diseñados por el Ministerio de Agricultura, en colaboración con las comunidades autónomas, dentro del Plan Estratégico para la nueva política agraria común (PAC). De hecho, la práctica que se primaría es la de aumentar la capacidad de sumidero de carbono de los pastos mediante el impulso del pastorei extensivo. Esta práctica consiste en que los animales campen libres durante un período mínimo de entre 90 y 120 días al año, de forma continua o discontinua, respetando criterios de cargas ganaderas mínimas y máximas.

El Plan de Pastos de Galicia es un ejemplo de cómo el pastoreo puede ayudar a prevenir incendios en esos bosques, pero además puede ayudar a los ganaderos a cumplir con esos nuevos ecoesquemas. De hecho, fue la comunidad de montes de de Lucenza, en Cualedro (Ourense) la que, tras la oleada del incendios del 2015 , la que tuvo la idea de usar caballos para limpiar el monte.

La práctica de pastoreo que va de la mano de la ganadería extensiva podría combinarse con otra, también recogida en esos ecoesquemas, la de mantener y mejorar la biodiversidad mediante la siega sostenible y el establecimiento de espacios de biodiversidad en las superficies de pastos. De lo que se trata es de realizar un número de cortas menor cada año o realizarlas de forma alterna para montener islas o espacios de biodiversidad y de elementos que conforman el paisaje y protegen a las especies que durante años han convivido en él. Éstos han de suponer al menos un 7 % de la superficie de pastos de siega de la explotación.