El consumo de drogas no servirá de atenuante a los dos acusados de matar a la dominicana Yulisa

Javier Romero Doniz
JAVIER ROMERO RIBEIRA / LA VOZ

RIBEIRA

Los forenses sostienen en sus informes que los investigados sabían lo que hacían cuando acuchillaron a la mujer

17 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Dos informes del Instituto Medicina Legal de Galicia, a través del Servizo Médico-Forense, sostienen que los acusados de matar en junio del 2015 a la mujer dominicana asentada en Ribeira Yulisa Altagracia eran conscientes de sus actos cuando, presuntamente, ejercieron la violencia clavándole varias veces un destornillador en su cuerpo estando bajo los efectos de la cocaína y el alcohol durante horas. Dichos documentos, elaborados mientras los acusados Melisa Abelleira y su expareja Ventura Lustres estaban en prisión provisional en el marco de este proceso, ya fueron enviados al Juzgado de Instrucción Número 1 de Ribeira.

El contenido del trabajo clínico aporta abundante documentación sobre hábitos adquiridos y ayuda a entender qué pasaba por la cabeza de ambos. Además, y pensando en la estrategia de los letrados que ejercen la defensa de los investigados, estos informes suponen un severo varapalo. De hecho, basta recordar la comparecencia, a petición propia, de Melissa Abelleira para quitarse de encima cualquier responsabilidad de lo ocurrido a la vez que dejaba esa carga de presunta culpabilidad sobre la espalda del otro acusado, con el que mantenía una relación sentimental cuando fueron detenidos hace ahora 13 meses.

Vendedor de estuopefacientes

Abelleira lo acusó de vender cocaína en pequeñas dosis, algo que encajaría con la cantidad de papelinas encontradas bajo el patio de su cocina a los pocos días de ser arrestados, precisamente, en ese domicilio ubicado en A Pobra. También reconoció, sentada en el centro de la sala durante la declaración, haber bebido «muchos cubatas» la noche previa al día que ocurrieron los desagradables hechos.

El perfil de Ventura Lustres, plasmado en el informe médico-forense, incluye varios trastornos, como uno ansioso-depresivo. También pone sobre la mesa el consumo de coca que llegó a mantener, con picos de tres y cuatro gramos al día, durante varias jornadas. Luego, «2 o 3 días de descanso», y vuelta a empezar. Lo que no se puede negar a ambos acusados, desde que fue suspendida la prisión provisional y regresaron a la calle, es que están cumpliendo las estrictas medidas de control que impuso el juzgado instructor para salir de prisión.