La Virgen de la Mar

Ramón Pernas
Ramón Pernas NORDÉS

RIANXO

CAPOTILLO

17 jul 2021 . Actualizado a las 09:24 h.

Es, la virgen del Carmen, la reina de los mares, territorio de los marineros y los marinos que navegan la vida esquivando la muerte que se agazapa y se oculta en los naufragios, entre vientos y galernas asesinas.

Este fin de semana, cuando en los años en los que el covid no era una amenaza certera, Galicia, la Galicia litoral era una fiesta. Rianxo, Viveiro, Marín , Arousa, Muros, Foz, Cee, O Grove, Carnota… y así mas de medio centenar de pueblos costeros celebraban la festividad de la Virgen marinera, la virgen del Carmen, con procesiones marinas, verbenas y kermeses mientras estallaban por el cielo centenares de cohetes y bombas de palenque.

Este año, por la costa prevalecerá el silencio que dicta la pandemia.

Galicia tiene 1.498 kilómetros de litoral costero. Es la comunidad autónoma peninsular con mayor extensión de costa. Existen a lo largo del litoral mil playas en el país de los mil ríos, y la mar está en nuestra identidad, en el archivo genético del pueblo gallego.

La mar fue y sigue siendo nuestra despensa. Por la mar viene la vida que arriba a los puertos cabalgando el manto de agua que limita con el horizonte infinito.

La mar es nuestra hoja de ruta, la carta náutica que limita los bordes conocidos del mundo, donde terminaban los océanos ignotos, cuando la tierra estaba todavía por cartografiar.

Yo, que soy natural de nación marinera, que nací en uno de los recodos del Cantábrico convertido en ría, quiero rendir mi homenaje de papel a las gentes de la mar, a los bravos marineros que hacen de su tarea cotidiana un testimonio épico. Y quiero hacerlo cuando se conmemora, este mes de julio, sesenta años de la terrible galerna del Cantábrico que dejó cerca de un centenar de ahogados. De Viveiro, de Celeiro, sumaron treinta náufragos aquel aciago día del verano de 1961.

Veintiuna viudas jóvenes, veintinueve huérfanos, treinta vidas que arrebató la mar. Desaparecieron barcos como el Mari Loli, con su tripulación de doce miembros, del que nunca se tuvo noticia. Para ellos, para los náufragos y para los supervivientes, para sus familias, vaya hoy mi recuerdo, la botella con un mensaje piadoso que arrojo al mar de mi pueblo para que navegue entre las olas del olvido para recuperar la memoria de aquel dolor. Viva la virgen del Carmen, que era y es el nombre de mi abuela, el de mi madre, el de mi hermana y el de dos de mis cuñadas.