Cuadros sin color que iluminan el mundo

Carmen Alborés BUZÓN DEL LECTOR

OUTES

23 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Conozco a una artista silenciosa, es un tesoro oculto, no busca la notoriedad, de ahí la calidad de sus dibujos, pues son sinceros, auténticos. Yo creo que no es su mano la que pinta, es su alma, ¡quien sabe que musa o que ángel viene a su lado y maneja sus lápices! Pinta en blanco y negro, consiguiendo todos los matices grises que son posibles, pero lo importante no está en su refinada técnica, sino que con lo mínimo es capaz de transmitírnoslo todo. Es tal la fuerza que tienen sus dibujos que no me atrevo a pedirle que retrate mi cara porque estoy segura que sería capaz de reflejar mis secretos más ocultos.

Sus dibujos transmiten la esencia de las cosas, de los paisajes y sobre todo, el alma de los que retrata. Si algunos de los rostros que pinta muestran tristeza o melancolía, esa sensación traspasa nuestros ojos e inunda todo nuestro ser. A veces pienso si serán auténticos trampantojos que salen del papel.

Solo viendo los dibujos de Alberto Durero fui capaz de imaginarme cómo podría ser el apocalipsis. Durero supo meterse en la mente de San Juan y transmitirnos a través del dibujo los pensamientos que tenía el santo. Materializó lo imaginario, en este caso los horrores del juicio final, para transformarlo en imágenes físicas capaces de sobrecogernos como si las estuviésemos viendo directamente.

Mi amiga es capaz también de atrapar en sus dibujos toda la esencia de las cosas, incluso es quien de producirnos la sensación del color. Todo lo que sale de sus lápices es pura magia y además tenemos la suerte de que cada día, venciendo las dificultades que esta pandemia nos impuso, sacando fuerzas de flaqueza, ella nos saluda a todas con una de sus creaciones. Un ejemplo de superación.

Si mi amiga es capaz de transmitirnos una gran belleza en sus dibujos, esto nos lleva a pensar cuán grande debe ser también la belleza de su alma. ¡Ojalá un día sea capaz de dibujarla para que la podamos disfrutar!

Quiero dar las gracias a mi amiga por hacernos, con sus obras, un mundo más bello y, en definitiva, mucho mejor.