El Supremo confirma un año y diez meses de cárcel y 50.000 euros a un muradano por un intento de asesinato en una casa de turismo rural en el 2007

Álvaro Sevilla Gómez
Álvaro Sevilla RIBEIRA / LA VOZ

MUROS

Imagen de archivo de la zona de Miraflores, donde se registró el intento de asesinato
Imagen de archivo de la zona de Miraflores, donde se registró el intento de asesinato Simón Balvís

El condenado golpeó a una mujer en la cabeza con una barra de hierro y luego regresó con una hoz, con la que atacó al marido

24 feb 2022 . Actualizado a las 10:59 h.

Muy cerca estuvo la casa de turismo rural de Jallambau, en Muros, de convertirse el 11 de marzo del 2007 en una página de novela negra. Así lo ha confirmado el Tribunal Supremo, que, 15 años después de los hechos, ha hecho firme la sentencia emitida en el 2019 por la Audiencia Provincial de A Coruña, que condenó a M. F. F. a un año y 10 meses de prisión y a pagar una indemnización de 50.000 euros a la propietaria del complejo turístico, a la que había golpeado en la cabeza y en otras partes del cuerpo con una barra de hierro de 90 centímetros de longitud, arma con la que había intentado acabar con su vida.

«Una de las cosas más relevantes, en la que ya nos dio la razón la Audiencia Provincial y que confirma el Tribunal Supremo, es que nosotros acusamos al condenado por delito de asesinato en grado de tentativa y el Ministerio Fiscal en primera instancia lo acusaba por delito de lesiones con uso de instrumento peligroso», explica el letrado de la defensa, Francisco Javier Tajes Sendón, que mostró su conformidad con que, de manera definitiva, el Supremo no haya aceptado el recurso de casación de la defensa del condenado.

En Miraflores

Según el relato del juzgado de instrucción de Muros, el condenado entró, a las 14.25 horas de aquel 11 de marzo, en la propiedad cuando la dueña estaba en la parte exterior tras haber comido con su marido, hijos y una amiga de estos. En ese instante, M. F. F. la golpeó en la parte de atrás de la cabeza y debido a la fuerza utilizada cayó al suelo. Una vez allí, siguió atizándola, poniendo ella el brazo en medio para tratar de protegerse.

Debido a un grito de socorro, apareció el marido, que estaba dentro de la vivienda preparando el café, y que comenzó a forcejear con el agresor, logrando tirarlo al suelo y colocándose encima de él para evitar que volviera a golpear a su esposa, al tiempo que le arrebataba la barra de hierro. Debido a que su mujer le dijo que lo había matado, lo soltó, momento en que aprovechó el agresor para escapar de la casa.

La mujer alertó a las fuerzas de seguridad y a la madre de la niña invitada y le pidió al marido que la llevara al hospital, ya que sangraba por la cabeza. Antes de poder hacerlo, M. F. F. regresó portando una hoz, con la que intentó golpear al hombre, que se defendió con la barra de hierro y volvió a movilizarlo hasta que llegó la Policía Local, que lo esposó.

Por los golpes, la mujer necesitó 452 días de curación, dejándole secuelas en forma de artrosis postraumática en la mano derecha, así como una cicatriz en la zona de la cabeza donde recibió un golpe con el palo de hierro.

La Audiencia Provincial absolvió a los propietarios de la casa rural, a los que acusaron de un delito de lesiones, mientras que se condenó a M. F. F. al año de prisión, ahora de forma firme, por un asesinato en grado de tentativa.

En su favor concurrieron los atenuantes de las dilaciones del proceso, que se ha alargado la friolera de 15 años, así como el de alteración psíquica. El condenado también tendrá que abonar 1.450 euros al propietario del complejo turístico, así como al Sergas los costes de las asistencias sanitarias. Aunque en un primer momento la sentencia contemplaba tres años de prisión, fue la propia Audiencia Provincial la que redujo la pena hasta el año y diez meses definitivo.