Comida con más de 800 comensales en territorio mazaricano

xoán r. alvite MAZARICOS / LA VOZ

MAZARICOS

El Concello celebró una nueva edición de la fiesta de la tercera edad, la número 27

28 abr 2024 . Actualizado a las 19:56 h.

Nadie habló ayer en Mazaricos de crispación política, de lawfare, de polarización, ni de ninguno de esos asuntos sesudos que llenan estos días las páginas de los periódicos. Mucho menos se nombró el colesterol, la tensión arterial, el ácido úrico o la pastilla del Simtron. No era día de hablar de enfermedades ni del resto de temas que acostumbran a separar a la gente. Al contrario, era una jornada de celebración, unión, reencuentro y alegría. Por lo menos para las más de 800 personas que un año más, y ya van 27, llenaron el polideportivo de A Picota para participar en la fiesta anual que el consistorio dedica a sus vecinos más entrados en años.

Para la mayoría, la jornada empezó pronto. Pasaba poco de las once de la mañana cuando los más impacientes se afanaban para estar listos a la hora en la que los autobuses los recogerían rumbo a A Picota. A tiempo para llegar a la misa celebrada en el centro sociocultural antes de la cuchipanda

Una vez finalizado el oficio religioso, paseo tranquilo hasta el polideportivo donde se celebró el ágape y donde medio centenar de personas, entre camareros, cocineros, personal municipal o de Protección Civil, se esforzaban para que todo estuviese a pedir de boca. Y vaya si lo estuvo a tenor de las más de 150 empanadas, 350 kilos de pulpo y otros tantos de carne ao caldeiro de los que dieron cuenta los asistentes. Tampoco le hicieron ascos al postre ni al café con gotas.

Por cierto, quienes califican de electoralistas o partidistas estos actos deberían pasarse por el de Mazaricos. Solo se trata de una fiesta, aunque nadie esconda su ideología o sus creencias y buena prueba de esta normalidad institucional es que todos los concejales de los tres grupos políticos que integran la corporación compartieron, ya no solo mesa y mantel, sino también animadas conversaciones. Una muestra de sensatez democrática que, en ocasiones, se echa en falta en otros lugares. Algunos incluso se atrevieron a marcarse unos bailes.