Peor momento

Alicia Fernández LA CRIBA

BARBANZA

Un equipo de la UME trabaja en el barranco del Poyo, el lunes 4 de noviembre, en Godelleta, en Valencia.
Un equipo de la UME trabaja en el barranco del Poyo, el lunes 4 de noviembre, en Godelleta, en Valencia. Eduardo Manzana | EUROPAPRESS

Aunque sea pesimista decirlo, estos días hemos visto poco bueno y mucho malo

08 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Si de algo nos ha servido la tragedia ocurrida en Valencia y Albacete es para comprobar que como sociedad, como grupo que hemos caminado juntos durante quinientos años, estamos en nuestro peor momento, a pesar de que los buenistas quieran poner en valor nuestra solidaridad por las donaciones o los miles de voluntarios. Pero es que hasta eso hacemos mal. La mayoría de las acciones responden a impulsos individuales, anárquicos, sin coordinarse, sin esperar indicaciones. Muchas veces estorbando. Provocando más histeria, más nerviosismo y más sentimiento de abandono del que ya es natural en una situación así. Un mar donde aparecen y nadan a sus anchas los pseudotécnicos, los que solo buscan la foto, los buitres que van a por carnaza y los agitadores del cuanto peor mejor. De ahí a la negación del Estado, un paso.

De forma paralela, aportación sociotecnológica de los últimos tiempos, se produce la intoxicación con la ola de bulos en las redes sociales, tan burdos como miserables. Anónimos la mayoría pero, ante la total impunidad, incluso rubricados. Y, aún siendo comprensible en parte, esa idea del todo para ya en las víctimas. Algo imposible. El resultado son los episodios de violencia verbal y física, los saqueos y la obstrucción a las labores organizadas para localizar a los desaparecidos, identificar a los fallecidos y reparar los daños materiales hasta donde sea posible.

Aunque sea pesimista decirlo, estos días hemos visto poco bueno y mucho malo. Tanto en la tragedia como en nuestra actitud para afrontarla. Quedan muchos aspectos sobre los que reflexionar. Como Estado y como individuos.