La vida era esto

Emilio Sanmamed
Emilio Sanmamed LIJA Y TERCIOPELO

BARBANZA

Atlético de Madrid | EFE

Una temporada me dio por ahí, por ser portero, que supongo que es lo que más se parece a ser escritor en un campo de fútbol

08 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Por azares del destino, hace unas semanas me encontré probando unos guantes de portero. Eran unos guantes azules y, al ponerlos, tuve un flash-back. Azules fueron también mis primeros guantes, marca Uhlsport, que de aquella eran poca broma. Tercero de primaria, yo estaba en el colegio de Monchín. Una temporada me dio por ahí, por ser portero, que supongo que es lo que más se parece a ser escritor en un campo de fútbol. Bueno, eso y que era muy malo en todas las demás posiciones, así que la soledad del guardameta se quedó siempre conmigo.

Esos guantes murieron pronto, despedazados por las piedras y la arena donde jugábamos. Recuerdo que mi madre me decía: «No puede ser que algo tan caro te vaya a durar tan poco». Yo la miraba con incredulidad desde el sofá tomando el petit-suisse, y al fondo un jabalí cantaba: «Quedamos ou non? Alguén dixo non?».

Mamá me mostraba el látex mordido por las inclemencias del terreno y pedía explicaciones que no podía darle. No podía no destrozar los guantes, pensaba de niño. Tenía costras en las rodillas y rascaduras en los codos. Esos guantes no merecían mejor suerte que yo. Mis guantes son mi piel o no son nada. Soy Paco Buyo, soy Benji Price. No puedo regalar un gol por no romperlos. No puedo no lastimarme. Si así ves lo guantes, mamá, imagina cómo estoy yo por dentro, que no llegué al balón y perdimos.

Unos guantes azules palpitan treinta años lejos de mí. La nostalgia es un barrio peligroso. Recoge el balón de la red, culpa siempre del gol a los defensas. Spoiler: la vida era esto, y estamos en la prórroga. Quien marque, gana.