Colutorio Marco Asensio

Emilio Sanmamed
Emilio Sanmamed LIJA Y TERCIOPELO

BARBANZA

02 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Viene a la farmacia un señor que me cae muy bien, me insiste en que el tabaco debería estar financiado por la Seguridad Social. «También la cerveza». Respondo. Me pide un «Marco Asensio». Marco Asensio es delantero del Real Madrid. Lo que realmente quiere es un Desensin —un colutorio—. Es Desensin pero a él le suena a «Asensio» y punto. ¿Cuándo trasciende un futbolista: cuando gana una Champions o cuando lo confunden con un enjuague bucal? ¡Ah! El encanto popular de ser transformado en colutorio… Desensin es y será para mí «Asensio». ¿Debería corregir la pronunciación del fármaco al paciente? ¿Y él debería corregirme a mí mil cosas probablemente más importantes? «Aunque nada cambie, si yo cambio, todo cambia», decía Proust.

Viendo cómo se les habla a los ancianos en muchos lugares, he sentido cierta violencia intelectual. No soporto a los «listos» a la defensiva deseando montar su show frente a un «paleto». No soporto a la gente que se muestra segura de sí misma a través de polisílabas como cuchillas. Me siento más cómodo rodeado de sencillez, de paisanos comprensivos que crean que nada es tan grave, que tratan con humor y hasta ternura al mundo.

En el New College de Oxford se puede leer Manners makyth man, significa: los modales hacen a las personas. La bondad vive en las formas. Ser amable es una elección. Los viles, rebozándose en el fango de su grosería, se ahogan mientras creen salvarse. Si un día tenéis la suerte de saber más que los demás, ayudad. No seáis mezquinos si os hablan de Asensio.