«Carpe diem»

Ana Lorenzo Fernández
Ana Lorenzo ENCRUCIJADA

BARBANZA

18 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Ahora que parece que el coronavirus nos ha dado un merecido respiro y comenzamos a ver la luz al final del túnel, esta semana la cruda realidad nos ha abofeteado con varias tragedias que vienen a demostrar que nadie está libre de quedarse sin ver el amanecer del siguiente día.

Una calurosa tarde de playa acabó de la peor forma para un vecino de Cee que el domingo fallecía tras sufrir un accidente de tráfico cerca de Caldebarcos y decía adiós antes de tiempo. Una excursión escolar de fin de curso, organizada con toda la ilusión del mundo para premiar a unos niños que llevan año y medio soportando las restricciones y exigencias de esta nueva normalidad, se convirtió en una pesadilla en la que hubo que lamentar la trágica muerte de un chaval de apenas 14 años en el embalse de A Fervenza. Nadie olvidará ese viaje: ni su familia, ni sus compañeros, ni sus profesores, ni los monitores, ni los vecinos de Mazaricos, que vieron como un lugar tan aparentemente tranquilo se convertía en una trampa mortal.

Pero las desgracias nunca vienen solas, y ayer un barco de Portosín se iba a pique en Cedeira cuando regresaba de faenar en la campaña del bocarte. Otra vez el mar ha vuelto a golpear con sus garras una comarca que le debe tanto, pero que también ha pagado un precio muy alto por ello.

Aún quedan unos pocos días para que estrenemos el verano y lo cierto es que no empezamos con muy buen pie. Como alguien recordó estos días: «Es mejor no pararse a hacer planes, y vivir el momento, porque no sabes lo que va a pasar mañana». Carpe diem.