Fiebre

Ana Lorenzo Fernández
Ana Lorenzo ENCRUCIJADA

BARBANZA

05 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La vuelta al cole en tiempo de coronavirus ha conseguido elevar varios grados la ansiedad que ya suelen sufrir los padres preocupados porque a sus hijos les pueda pasar algo. Y es que, si el regreso a las aulas ya conlleva subir varios peldaños el riesgo de posibles contagios, el problema se incrementa cuando el pequeño comienza a mostrar síntomas de que está enfermo.

Tener mocos o unas décimas de fiebre provoca que se disparen todas las alarmas, puesto que aunque el niño en cuestión no esté contagiado de covid y se trate de una simple gripe, los nuevos protocolos obligan a los padres -y con toda la razón- a que el chiquillo se quede confinado durante varios días. ¿Pero quién cuida de él mientras ellos trabajan? Ahí está la cuestión, porque la mayoría de los abuelos son personal de riesgo, y hay quien no tiene familiares para echar mano de ellos en estos casos, así que tienen que apañárselas como pueden con vecinos, amigos y conocidos.

Pero el tema todavía se puede complicar más si aparece un niño contagiado en un aula y la Consellería de Sanidade decide enviar a casa a todos los compañeros de la clase. La cuarentena preventiva dura unos diez días, con suerte, un tiempo en el que los padres pueden acabar fibrilando si no consiguen que alguien atienda a su hijo que, aunque está perfectamente, en algún momento podría desarrollar la enfermedad. La solución está clara, que sean ellos los que se encarguen de cuidarlo, pero empresas y Gobierno siguen sin aclarar si se cubrirá al trabajador. Ya se sabe que en el tema de conciliar aquí nos queda todavía mucho camino por andar.