Turismo

Alicia Fernández LA CRIBA

BARBANZA

06 sep 2019 . Actualizado a las 21:42 h.

Pues así, casi sin enterarnos por su entrada tardía, pasó la temporada turística alta. Es verdad que aún queda septiembre, sobre todo la primera quincena, que es la que aprovechan los que buscan más tranquilidad y alternativas a la playa. También aquellos propietarios de negocios que no cierran en julio y agosto. Entre los profesionales del sector se dice que son menos, pero con un mayor gasto por persona.

Quizás sea un buen momento para echar cuentas, de saber si las acciones que se han hecho a nivel institucional, el presupuesto que se ha destinado a promoción y todo el esfuerzo personal se han visto recompensados. Y si la iniciativa privada es quien de satisfacer la demanda o de crear demanda nueva.

En mi modesta opinión, no. Porque nos empeñamos en ofrecer lo que otros ofrecen en mejores condiciones y los intentos de diferenciación y especialización se han dirigido más a hacer brindis al sol que a impulsar ideas con recorrido y potencial. El resultado es que tenemos un turismo de fiambrera y menú del día, muy de piso patera y habitación no oficial. Baste echar un vistazo a la oferta hotelera de Arousa norte, que es mínima. Escasez de plazas en los cámpings y mucha caravana que, digan lo que digan sus asociaciones, tienen una menor repercusión económica que otras formas de hacer turismo.

Que no le falte una buena salud al mejillón, a la conserva, al marisqueo y al puñado de empresarios de otros sectores que tiran del empleo en la comarca. Cuando menos mientras no seamos un poco más inteligentes y sensatos a la hora de planificar y ejecutar nuestra política turística.