Mayo del 19

Alicia Fernández LA CRIBA

BARBANZA

12 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace unos días dediqué un paseo a barruntar sobre la política con minúscula, la de todos los días, la que organiza nuestras relaciones con los demás vecinos; esa que a la postre es tan importante en la vida de las personas. Mi reflexión estaba centrada en lo que fue la política municipal hace 40 años y lo que es ahora. ¡Cuánto ha cambiado todo y con ello la forma de hacer política! Hace tres o cuatro décadas había ilusión, sueños, imaginación, bastante candidez, concienciación y activismo social. No había muchos medios, infraestructuras, instrumentos, canales definidos o líneas presupuestarias para tantas ideas; las propias instituciones estaban diseñándose.

A día de hoy se me antoja una situación contraria. Aún con las restricciones de esta época de crisis hay relativamente medios, hay estructura y disponemos de muchos activos materiales. Pero en el camino se ha dejado la movilización social, el altruismo, la clara percepción del interés general y, sobre todo, la ilusión por la política como medio y no como fin.

Por eso, aún teniendo claro que persiste en cierta medida aquello de «obras son amores», yo les pediría a los candidatos del Barbanza a las próximas elecciones municipales que nos hablen de su modelo de convivencia, de participación, de cómo alcanzar una mayor calidad de vida, de nuevas políticas de turismo, del comercio kilómetro cero o de humanizar y llenar espacios. Y no tanto de mamotretos, de paredes vacías, de asfalto o de cultura cocinada y enlatada. Recuperar la persona como epicentro de sus discursos. Que les hablen a sus vecinos y no a meros espectadores.