Ana

Estevo Silva SOSPECHOSO HABITUAL

BARBANZA

08 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace un par de columnas les comentaba mi don para adivinar cosas desagradables. Pues bien: siempre está la excepción que confirma la regla. Creo que fue a finales del 2015, cuando comencé a dar la turra en este lateral. Ya por aquel entonces me había fijado en nuestra protagonista, una joven atleta de Ribeira que saltaba cada vez más lejos, pulverizando sus marcas año tras año.

Llevo tiempo repitiéndole a mi pareja la misma sentencia: «Esta chica un día lo va a petar muy fuerte». Seamos honestos; si te ibas fijando en su progresión, tampoco había que ser Nostradamus para percatarte de que Ana Peleteiro estaba destinada a volar muy lejos.

Es por esto que muchos nos alegramos sobremanera con aquellos 14’51 de Alemania; la antesala de la gloria. Imposible compararlo claro está con verla golpearse el pecho de pura adrenalina al reventar el récord de España y hacerse campeona de Europa. Pero para este sospechoso, los laureles no son suficientes si no se acompañan de algo más. Hace tiempo que la sigo, y he podido comprobar que esta chica no rehúye los charcos, cosa que a mi modo de ver la dignifica.

Sus principios la han hecho salir en defensa de nuestro idioma (discúlpese mi incoherencia); de nuestros montes o contra la censura. Y quizá esa sangre caliente que la hace volar la haya traicionado alguna vez; eso nos pasa a casi todos.

Ahora surfea la cresta de la ola. Estos últimos días Ana ha paseado por los platós su sonrisa y nuestro acento con orgullo y estoy convencido de que no será la última vez. Pero ahora toca volver a volar… hacia la gloria olímpica.

Mucha suerte Peleteiro.