Antonio Rama: El muradano que tumbó a un Barça de récord

J.M. Jamardo RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CEDIDA

La emigración llevó desde Louro hasta la ciudad catalana a un niño que ahora triunfa en los banquillos

31 mar 2019 . Actualizado a las 05:10 h.

Un recién llegado a los banquillos de la Asobal hizo historia y su proeza quedará grabada en los anales del balonmano español. Hace un año, el Granollers tumbaba al Barcelona en el Palau después de un lustro invicto en las competiciones españolas y tras 146 partidos sin perder. Cinco años sin besar la lona, pero lo hizo frente a un conjunto que tenía en su banquillo a un vecino de Louro, Antonio Rama García (1982). Un técnico que llegó para quedarse entre los mejores.

La vida de Antonio Rama es similar a la de muchos gallegos. Con solo 6 años tuvo que emigrar con su familia y se mudó a la ciudad catalana de Granollers. Atrás dejó su hogar y su amigos en Louro para establecerse en la capital del balonmano español. Su adaptación fue rápida pues «un neno non ten problemas». Además, era el único de la familia que las vacaciones escolares las pasaba en su lugar de nacimiento desde julio hasta el mes de septiembre.

Recuerda esa etapa como «unha das máis felices da miña vida. Ía todos os veráns para a casa duns tíos e era pasar o día na praia ata a noitiña. E así ata os 18». La familia tiene vivienda en esta parroquia muradana a la que vuelven «sempre que podemos». Ahora su situación cambió mucho pues los compromisos le impiden regresar a Galicia con asiduidad. Además, se casó con una gaditana y «hai que repartirse máis». Aún así, «Louro tira aínda moito».

Viviendo en la cuna del balonmano español con 10 años y durante las olimpiadas de 19 92 en la ciudad que fue la sede de este deporte, era casi imposible no practicarlo. Y así comenzó su carrera deportiva: «Empecei no equipo da escola, despois pasei ó Granollers onde xoguei no filial ata os 24 anos. Con 18 xa adestraba aos máis pequenos do club e estudei INEF. Tamén saquei o título de adestrador nacional e estiven nas categorías inferiores ata que Carlos Viver me chamou como segundo do primeiro equipo. Hai case dous anos a el chamárono para a selección nacional feminina e a min ofrecéronme a banqueta do primeiro equipo», a la que llegó la temporada pasada.

Además de la gesta de superar al Barcelona, en su primera campaña terminó la liga en el tercer puesto y llegó a los cuartos de final de la competición europea. Además, fue elegido mejor entrenador de la liga Asobal en su debut entre los grandes.

Reconoce que llegar al banquillo del primer equipo en el que estuvo siempre le cambió bastante la vida: «Non te das conta, pero cando o pensas ves que non é o mesmo. Iso si, encántame levar todo de forma natural e máis cuns xogadores cos que traballas, que viven desto, pero son conscientes de que o balonmán non da para retirarse».

Lleva cinco años en el primer equipo, tres como ayudante y ahora como entrenador, pero lo que menos le gusta son los viajes y estar tanto tiempo lejos de la familia. «Entre as competicións españolas e europeas, normalmente tes dous partidos á semana polo que, como moito, estás dous días na casa. Iso é duro e aínda por enriba, moitos desprazamentos son pola Península en autobús. Compaxinar a vida laboral e familiar non é doado, pero é o que temos».

Catalán de adopción

A pesar de que la mayor parte de su vida la pasó en Cataluña, Antonio Rama sigue siendo un gallego más. «A terra tira». Reconoce que, cuando se cabrea en la cancha, alguna que otra expresión en el idioma materno salta a la pista. «Buff sobre todo cando xogamos en Europa. Menos mal que os árbitros non entenden galego, que senón...». El preparador comenta que es gallego, pero catalán de adopción. «Saín de Louro falando galego e aprendín catalán antes que castelán».

Una de sus debilidades es la comida de su tierra, especialmente la que le prepara su madre. Su cumpleaños es en agosto y ese día lleva al vestuario unas viandas con las que agasaja a sus jugadores. Los veteranos lo esperan con mucha ilusión pues «saben que van comer empanada de polbo que fai miña nai e os novos senten curiosidade por este prato, pero ao final encántalles».

Antonio Rama es una persona sencilla que tiene la modestia como bandera. Solo piensa en vivir el día a día, pero admite que le gustaría disputar una final de Copa o de Liga con su Granollers. Un gallego de pura cepa, aunque esté lejos.

Palmarés. El año pasado fue elegido mejor entrenador de la liga Asobal.

Hazaña. Fue el preparador que acabó con cinco años de imbatibilidad del Barça en las competiciones nacionales.

Objetivo. Disputar una final de la Copa del Rey o de la Liga española de balonmano.