El mal tiempo ha convertido en lugares de visita obligada cascadas y ríos que aumentaron su caudal de forma considerable
07 feb 2019 . Actualizado a las 13:16 h.No hay nada, por negativo que sea, que no resulte beneficioso para alguien. Incluso algo tan poco amable como los temporales que azotaron a la comarca durante las últimas semanas acostumbran a traer cosas buenas. La más evidente, surtir de agua a las fuentes o manantiales que abastecen a la población, pero también otras como purificar el aire, regular la temperatura ambiental o aportar nutrientes a las plantas.
A todo esto hay que añadir la belleza que las fuertes lluvias añaden a los cauces de los ríos o a los numerosos saltos de agua repartidos por el territorio barbanzano. Buena prueba de ello son los entornos de masas de agua como el Traba, Bendimón, Grande, Beluso y, principalmente, el Vilacoba, en Lousame, del río Pedras, en A Pobra, o la de Cadarnoxo en Boiro. Las fuertes y abundantes precipitaciones no solo aumentaron su cantidad de agua sino que revitalizaron todo su recorrido.
Veintena de saltos
Aún así, donde más se han notado las trombas ha sido en las cascadas que, estos días, lucen en todo su esplendor. En este sentido, en Mazaricos están de enhorabuena, pues el municipio cuenta con más de una veintena de saltos repartidos por todo su territorio que atraen a muchos visitantes durante la temporada de lluvias. Destacan las de Vioxo o Santa Leocadia, a poca distancia del núcleo de Pino de Val, o la de Nuveira, en la parroquia de Arcos, pero fácilmente accesible en coche. Otras están más escondidas, como la de A Manda o la de Gosolfre, con diferencia la de mayor altura del municipio, que se encuentra en Chacín.
Las previsiones meteorológicas hablan de lluvias durante los próximos días, por lo que los que gusten del contacto con la naturaleza ya tienen un buen plan para el fin de semana.