Villancicos

Maxi Olariaga LA MARAÑA

BARBANZA

27 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El discurso de su majestad el rey, se ha convertido ya en un villancico. La fecha ayuda, es cierto, pero también la música y la letra son tan llanas y facilonas que podemos cantarlo a coro todos los sufridos españoles sin cometer pifia alguna. ¿He dicho todos? Disculpen; los políticos, no. Demuestran cada año por estas fechas que siguen sin aprenderse una sola nota del pentagrama y, más aún, una sola palabra del texto. Como dirían los grandes Tip y Coll: «Un ejemplo, por ejemplo».

El rey exhorta a los políticos a que, al gobernar en los parlamentos, ya sea el nacional o los autonómicos, así como en todos y cada uno de los concellos a lo largo y ancho de esta Iberia machacada por la ira de historia, sean consecuentes y que trabajen para todos los ciudadanos y no solo para aquellos que votan a su partido. Se refería Felipe VI al Parlament catalán, pero ahí va el ejemplo por ejemplo: el pasado martes 20-D, el Parlamento gallego en el que el PP representa a poco más de la mitad de los gallegos, aprobó los presupuestos sin atender a ni una sola de las enmiendas que proponía la oposición, es decir, los representantes de la casi otra mitad de sufridos celtas.

Presentaron estos derrotados, nada más y nada menos que 1.300 enmiendas. ¿En verdad, la alegre muchachada del señor Feijoo no halló una sola de estas enmiendas digna de ser tomada en consideración? Pues así fue. También es cierto que cuando gobiernen los agraviados sucederá lo mismo. A esto llaman política. Alta política, oiga. Y mientras tanto, entre dos fuegos, los de la papeleta jugando cada cuatro años a acertar con la ranura de las urnas. ¡Ah! Y cantando villancicos.