El centro sociocultural de O Viso empieza a funcionar nueve años después de iniciarse las obras

J. M. Sande MUROS / CORRESPONSAL

BARBANZA

cedida

La escuela de música ocupa dos de las plantas del inmueble

04 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Nueve años después de que se concibiera la obra, se elaborase el proyecto y se adjudicasen los trabajos, el centro sociocultural de O Viso ha entrado en funcionamiento y, por ahora, su finalidad es albergar la escuela municipal de música, que lleva funcionando 21 años y que este curso ha logrado un récord de alumnos, 161. Su directora, Alianza Uhía Patiño, señalaba ayer que este incremento en el número de inscritos se debe tanto a la reconocida trayectoria del centro formativo como al nuevo emplazamiento: «O edificio está nunha zona céntrica e collemos alumnado de todo o municipio e, incluso, de lugares limítrofes, como Cee ou Muros».

Ayer por la tarde estaba previsto que las primeras clases de música del nuevo curso comenzaran a impartirse en las flamantes instalaciones recién estrenadas. La escuela ocupa las plantas baja y primera, mientras que se prevé que en el sótano se emplace el archivo municipal de Carnota.

Sin embargo, la entrada en funcionamiento de este inmueble ha sufrido numerosas peripecias y, de hecho, todavía falta por ejecutar la segunda parte del complejo: el auditorio.

La actuación se planteó siendo alcalde del municipio el popular José Oreiro y ya en su momento la oposición, sin rechazar la iniciativa, sí formuló objeciones a la obra: como la ubicación elegida, la magnitud del proyecto o la inexistencia de financiación para llevarlo a cabo.

Algunas anomalías

Asimismo, la obra ejecutada presentó algunas anomalías. Estas se referían a la idoneidad de la estructura, a la existencia de humedad en el interior del inmueble y a la falta de una serie de elementos que se consideraban adecuados para el uso previsto.

Algunas de las deficiencias fueron subsanándose con diversas inversiones y aportaciones municipales. Sin embargo, estas inyecciones económicas eran insuficientes y el actual alcalde, Ramón Noceda, solicitó la intervención de las entidades públicas para poder acabar el inmueble. Era prioritario hacerlo porque parte de la construcción se había sufragado con una ayuda de la UE y el centro sociocultural debía ponerse en marcha este año, ya que de lo contrario, habría que devolver el dinero a Europa.

La Diputación otorgó una subvención para proseguir las obras, lo que permitió adecuar las áreas en las que se imparten las clases de la escuela de música.