Los equipos de aplicación de productos fitosanitarios tienen que someterse a una inspección
15 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Más de doscientos agricultores y ganaderos de la comarca siguen sin haber realizado la revisión oficial de sus equipos de aplicación de productos fitosanitarios. De no hacerlo en los próximos diez días -la normativa en vigor establece el 26 de noviembre como fecha tope para superar esta inspección técnica- se enfrentan a sanciones económicas que, en el peor de los casos, pueden alcanzar los 3.000 euros.
Los profesionales barbanzanos tienen inscritos en el Registro Oficial de Maquinaria Agrícola (ROMA) algo más de 250 equipos entre pulverizadores hidráulicos o neumáticos, atomizadores, espolvoreadores y nebulizadores. De ellos, apenas medio centenar han pasado por la Inspección Técnica de Equipos Aplicación de Fitosanitarios (Iteaf) para llevar a cabo este control.
«Levamos practicamente catro meses percorrendo toda a provincia, incidindo naqueles concellos cun maior peso agrogandeiro, e a media de inspeccións diarias nunca superou a decena», reconocen desde una de la veintena de empresas que cuentan con la homologación de la Xunta para realizar este tipo de controles. Los responsables de la estación apuntan a la falta de información como la principal razón por la cual apenas 1.500 de los casi 10.000 equipos inscritos en Galicia -el 14%, concretamente- se hayan sometido a estas pruebas.
Aspecto en el que también coinciden varias organizaciones profesionales agrarias, que incluso culpan a la Administración autonómica de no haber utilizado las agencias agrarias comarcales para este fin. Del mismo modo, también cargan contra lo que consideran una tardanza injustificada a la hora de notificar las inscripciones en el ROMA, requisito imprescindible para poder llevar a cabo la inspección.
Inscripción en el registro
«Hai titulares que incluso descoñecen se a máquina está ou non inscrita no ROMA. Saben que fixeron a solicitude fai anos pero ninguén lles chegou a notificar tal inscrición», apuntan desde el departamento de ganadería de una de estas entidades.
Si estar inscrita en el registro oficial resulta un requisito imprescindible para poder llevar a cabo esta inspección, también lo es el hecho de que la máquina tenga, al menos, cinco años y su depósito supere los 100 litros de capacidad -carretillas de pulverización y mochilas están exentas- y de que su número de bastidor esté perfectamente visible bien sea a través del remachado o troquelado sobre la superficie de la máquina.
Para pasar la revisión -los que no la superen no podrán utilizarse hasta que se reparen los elementos defectuosos- los equipos deben disponer, al menos, de protección del árbol de transmisión así como de manómetro de presión y de válvulas antigoteo.
En las Iteaf se realizan controles de más de una decena de elementos distintos de la máquina que van desde los filtros de toma de agua hasta la detección de pérdidas en los tubos o manguitos por los que circulan los filtros, pasando por el estado de las boquillas de pulverización o del sistema de agitación del producto que vaya a aplicarse.
La normativa establece que, con carácter general, las máquinas nuevas deban ser inspeccionadas al menos una vez durante sus primeros años de vida y que los controles se repitan en el resto de equipos cada cinco años. A partir de 2020 será obligatorio que se hagan cada tres años.
Los propietarios se quejan del elevado coste del examen técnico
Si bien es cierto que muchos agricultores desconocen la obligación de tener que llevar a cabo la inspección de sus equipos fitosanitarios antes del próximo día 26, también los hay que, directamente, se refieren al precio a la hora de justificar el hecho de no haber llevado a cabo hasta el momento este trámite técnico. De hecho, incluso los que ya la han pasado se quejan de lo cara que resulta una revisión que, dependiendo del tipo de máquina ?las de más de 400 litros son las que pagan una tarifa más elevada? y de la empresa que la lleve a cabo puede alcanzar los 100 euros. La revisión de las de menor capacidad se mueve en el entorno de los 40 euros.
Actualmente hay más de una veintena de empresas que, bajo demanda en la mayoría de los casos, prestan sus servicios en la comarca. Muchos talleres de maquinaria se han registrado como agentes colaboradores que ejercen de intermediarios entre las empresas encargadas de la Iteaf y los propios agricultores y que, incluso, ceden sus instalaciones para llevar a cabo los exámenes.