Muchos hicieron del macizo carnotano su fortín al estallar la guerra
02 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.La proyección de la película A mariñeira de Quilmas sirvió de introducción a los actos organizados por la asociación Monte Pindo con motivo de su quinto simposio cultural, dedicado este año a la Memoria dos fuxidos. El director del filme, Antón Dobao, y el autor del guion, Darío Xoán Cabana, se desplazaron a O Pindo para participar en los actos y comentar los hechos sobre los que se basa su trabajo.
Tanto esta película como las ponencias que se presentaron, bajo al dirección de Eliseo Fernández, Luis Lamela y Moncho Hermida, a lo largo de la jornada tuvieron como referencia las peripecias vividas a raíz de la Guerra Civil y la persecución a que se vieron sometidos quienes disentían con el régimen. La huida al monte Pindo, la evasión por mar, con el secuestro del As, y la represión contra los seguidores del Partido Galeguista de Carnota y Muros fueron los temas tratados durante el encuentro cultural.
El recuerdo de los vecinos
En la memoria de los mayores de Carnota sigue vivo el recuerdo de muchos huidos al monte Pindo después de iniciarse la guerra. Jóvenes de la comarca y llegados de otros lugares buscaron en este agreste espacio de difícil acceso un lugar seguro para evitar ser apresados o su incorporación a los ejércitos combatientes. Los vecinos de las aldeas más próximas al macizo, como los de O Fieiro, Cornido, San Cibrán, Quilmas, Panches o Caldebarcos, fueron encubridores, e incluso se encargaron de la manutención de docenas de escapados.