La marcha de Ribeira agudiza la crisis de representatividad de la patronal comarcal, que trabaja en un cambio de los estatutos para incorporar a empresas a título individual
19 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.La FEB resiste, pero las dificultades que surgen en su camino no dejan de aumentar. La marcha de la Asociación Ribeirense de Empresarios constituye un duro golpe cuyas consecuencias todavía están por determinar y sirve para agudizar la crisis de representatividad con la que, desde hace ya algún tiempo, lucha la patronal comarcal. Consciente de ello, la FEB busca un nuevo modelo, impulsado por su presidente, José Romero, quien toma como referencia ejemplos de otras federaciones gallegas.
Una de las propuestas sobre las que se trabaja es la modificación de los estatutos para incorporar a empresas a título individual, ya que hasta ahora el ingreso en la FEB solo se prevé a través de una asociación. Inicialmente la idea es que puedan darse de alta directamente sociedades o negocios, pero solo los radicados en municipios en los que no haya asociación empresarial, como es el caso de Muros o Porto do Son. Ahora, con Ribeira desvinculada, la cuestión es saber si ese cambio estatutario incluirá también a las compañías ribeirenses que no deseen quedarse al margen de la FEB.
Asociaciones sectoriales
Otra idea es la creación de entidades sectoriales, siguiendo el modelo de la patronal de la construcción, la única de carácter específico que existe en la zona. Sin embargo, desde la FEB se reconocía ayer que existe una apatía generalizada y que es difícil agrupar a los profesionales.
Cabe señalar que ya no se trata solo de que en estos años hayan desaparecido varias patronales y que los esfuerzos de la FEB para reconstituirlas, salvo en el caso carnotano, hayan sido inútiles, sino que algunas de las que forman parte de la federación, como Outes o Mazaricos, se mantienen, básicamente, gracias al empeño de sus presidentes y no está claro que vayan a pervivir si Marcos Romero y Javier González, respectivamente, dejan de estar al frente.
La marcha de Ribeira puede afectar también a la gala de los Dolmen de Ouro, en cuya preparación está ya inmersa la patronal. Por una parte, mermará el número de asistentes, a fin de cuentas la patronal ribeirense es una de las más grandes. Además, tendrá incidencia a la hora de elegir a los galardonados, ya que un importante número de potenciales aspirantes se queda fuera.
El presidente de la FEB, José Romero, preguntado por esta cuestión, manifestaba ayer que todavía no se ha evaluado esa cuestión. Aunque afirmaba que la gala sigue adelante, no descartaba que hubiera cambios.