Se busca a los dueños de 250 kilos de cocaína

Javier Romero Doniz
JAVIER ROMERO RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

cedida

El alijo de Lousame está rodeado de incógnitas que Vigilancia Aduanera espera resolver pronto

20 mar 2021 . Actualizado a las 17:47 h.

Un cuarto de tonelada de cocaína almacenada en un contenedor procedente de Paraguay, y repartido en 278 pastillas de un kilo cada una, del que nadie sabe nade y, mucho menos, del que nadie quiere hacerse cargo por la abultada pena de prisión que implicaría. Este es el enrevesado escenario en el que se mueve Vigilancia Aduanera desde que localizó, el pasado lunes, 250 kilos de este polvo blanco en una empresa maderera ubicada en el recóndito lugar de A Silva, en el municipio de Lousame.

Los investigadores y la jueza instructora, llegados a este punto, se plantean dos posibles opciones. La primera, y que más peso tiene en las diligencias, es que los detenidos, M.T.R. y J.A.Q.P., tenían conocimiento de que el carbón que importaron de Paraguay venía acompañado de droga. La segunda, que fue perdiendo peso a medida que avanzó la semana, se fundamentaría en que estos dos vecinos de Noia y Lousame, respectivamente, fueron utilizados como gancho ciego para introducir, sin su conocimiento, cocaína valorada en nueve millones de euros en el citado pedido de carbón.

Las versiones de M.T.R. y J.A.Q.P. van de la mano. Ellos, y sus abogados, defienden que son víctimas de una organización especializada en la exportación de coca desde Iberoamérica hasta el Viejo Continente. El problema es que los argumentos de los sospechosos no convencen a los investigadores. Aún así, hay que recordar que la jueza dejó a ambos en libertad con cargos, alegando su fuerte arraigo familiar y laboral, a la espera de que avance la investigación.

La remitente de Paraguay

Además de estos imputados existen otros nombres que están en el punto de mira de Vigilancia Aduanera. Uno de ellos es la remitente de los correos electrónicos a través de los cuales se negoció el pedido de mineral. Se trata, según consta en las diligencias, de Rosse Marie Liliana Candia. La empresa que posee, o para la que trabaja, esta mujer en Paraguay realizó dos envíos de siete contenedores con carbón. Se trataba del primer negocio que los acusados hacían con esta compañía, por eso resulta curioso que los dos gallegos imputados solo encargasen tres habitáculos, recibiesen seis, y, según parece, no pusieran objeción alguna. En estos seis contenedores viajaron 118.000 kilos de carbón que llegaron al puerto de Vigo el 23 de diciembre para luego ser transportados a Lousame.

Más curioso resulta todavía, según figura en las citadas diligencias, que el 15 de enero llegase un séptimo contenedor, por cortesía de la empresa de Rosse Marie Liliana Candia, con 16.500 kilos de carbón y un extra de 250 kilos de coca. Para los agentes resulta todavía más impactante que M.T.R., que fue el encargado de hacer el pedido y financiarlo, solo tuviera que abonar el 10% de todo el pedido, cuando, como ya se dijo, no había ninguna relación previa que justifique esas facilidades en el pago de la mercancía.

Parece claro que Vigilancia Aduanera considera a M.T.R. y J.A.Q.P. integrantes de una organización especializada en la importación de droga, pero con un peso medio en su estructura. Esa misma organización tendría previsto distribuir los 250 kilos de coca en Francia e Inglaterra, tal y como trascendió ayer. Lo que es necesario aclarar, en el caso de que esa tesis sea correcta, es qué papel juega un señor, presuntamente, llamado Carlos que sería vecino de Barcelona y que habría facilitado a M.T.R., durante sus veraneos en Noia, el contacto de la empresa de Paraguay. Vigilancia Aduanera está en ello, y para eso analiza correos electrónicos y el teléfono requisado a M.T.R.

Un sospechoso fantasma

La otra persona a la que se sigue la pista sería de Vilagarcía y habría contactado con los acusados para comprarles carbón del último contenedor, que es donde llegó, el pasado día 15, la droga. Es más, fuentes judiciales informaron de que, según la versión de los imputados, este individuo no volvió a dar señales de vida desde que le informaron que el carbón que pidió, antes de entregársele, iba a ser inspeccionado por la Vigilancia Aduanera. Sobre este arousano, hay que añadir que los investigadores sospechan que sea una invención. En el mismo contexto de conjeturas, hay personas vinculadas con la investigación que no descartan que los 250 kilos de coca que aparecieron con un simple escáner en el puerto de Vigo pudieran ser un señuelo para introducir por otro punto una cantidad mucho mayor de este codiciado oro blanco.

Partes de culpa. J.A.Q.P. alega que él solo cedió su empresa para el almacenamiento, y que el pedido lo hizo M.T.R.. A su vez, este noiés asegura, a través de su abogado, que eso no es cierto, tal y como demuestra el hecho de que se mandaron correos electrónicos a Paraguay desde la empresa de J.A.O.P. en Lousame.

Qué pasa ahora. Resulta evidente que Vigilancia Aduanera sigue investigando pistas propias y al catalán que, parece ser, veraneó en Noia y al arousano que quiso carbón del contenedor en el que llegó la droga. Es más, no se descartan nuevas detenciones.

Dudas razonables. Para Fiscalía resulta raro que ninguno de los acusados, hasta ayer, no sospechara que los contenedores podían portar droga. Tampoco resulta creíble que la exportadora paraguaya enviase el doble de contenedores sin avisar, nadie protestase y solo se pagara el 10% del mineral.