Las verjas de los negocios se bajaban o subían según pasaban piquetes
15 nov 2012 . Actualizado a las 06:00 h.El baile de las persianas. Así podría resumirse la jornada de huelga en muchos comercios de la capital barbanzana. Según pasaban los piquetes, las verjas se bajaban, para subirse poco más tarde. Los sindicalistas informaron a los trabajadores sobre la dramática situación actual -más que conocida por todos - y animaban a cerrar el establecimiento. En una de las cafeterías del corazón de la ciudad, ante la negativa de una empleada a cesar su actividad, se produjo un tira y afloja. Finalmente, la mujer accedió a bajar la persiana momentáneamente. Un cuento que se repite en la mayoría de las jornadas de protesta en Barbanza.
Puede decirse que cuando el reloj marcó el mediodía, las luces de la mayoría de los comercios estaban apagadas, aunque según avanzaban las horas, el día podía confundirse con un viernes por la tarde. Había bastante gente en las calles, pero muchas tiendas abiertas. Con todo, se veían negocios cerrados a cal y canto con carteles en los que podía leerse el mensaje: «Por ti, por nós, folga xeral». La jornada de protesta en la capital barbanzana contrasta con la vivida en otros municipios cercanos. En Boiro, la mayoría de los establecimientos permanecieron abiertos durante todo el día, al igual que ocurrió en Noia y Porto do Son. En líneas generales, el 14-N se cayó del calendario sin incidencias destacables.