Según un estudio de la Xunta de Galicia, las obras en esta vía, que forma parte de la red primaria básica de carreteras gallegas, supondrán un beneficio para los cerca de 23.000 habitantes de la zona, incluyendo tanto a residentes como a población estacional. Mientras los trabajos no se ponen en marcha, el invierno se acerca y son muchos los conductores que temen lidiar con los tormentosos baches de la AC-550 cuando la lluvia y el viento muestren su peor cara. Las quejas de los ribeirenses han provocado que la Xunta también estudie acometer cuanto antes obras en el tramo de Salmón.
«Ao fin cumplirase unha necesidade que en O Son pedimos moitos anos»
Luis Oujo