La cantinela ya suena a vieja. El nuevo mandato arranca en Porto do Son con los mismos retos que tras la última cita electoral de las municipales del 2007. Desde entonces, han pasado cuatro años que dieron para mucho. Tal vez para más de lo que los vecinos quisieran. Y es que una moción de censura, dos gobiernos opuestos y crispados entre ellos, una inversión perdida de 3,5 millones para el puerto y el aborto a última hora de la candidatura del partido más votado, el PP, confirman a este ayuntamiento como el más convulso de la comarca en los últimos tiempos.
Pero ahora toca mirar al frente. El nuevo gobierno de Luis Oujo apela a la unidad y al diálogo de la mano de un partido independiente públicamente enfrentado con una de las dos fuerzas que ocupan la oposición. Por eso, el éxito o fracaso de las propuestas encabezadas por PP y AVS dependerá en parte de la estabilidad que muestre este bipartito -una fórmula que en campaña a los populares no les gustaba- . Además, y para no perder la costumbre, nacionalistas y socialistas ya han avisado de que su oposición será dura. Muy dura. Por eso, habrá que esperar para ver como el empresario debutante en el complejo mundo de la política muestra esa mano izquierda a la que apela y no se deja arrastrar al escenario tradicional de la clase política sonense.
Oujo empieza bien. En tres meses ha unificado a la militancia local y cuenta con el favor de una ejecutiva provincial que tras el 22-M cotiza al alza. Para lo que habrá que esperar es para conocer el peso que los jefes del partido le darán a Porto do Son frente a los otros candidatos victoriosos, también debutantes y más curtidos del partido en la comarca.