Los problemas se suceden en la comarca con las nuevas recetas médicas

La Voz RIBEIRA/LA VOZ.

BARBANZA

21 dic 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

La implantación de la receta electrónica no está siendo una tarea fácil en la comarca. Sobre todo, por el sistema intermedio que se puso en marcha en algunos concellos como transición entre las recetas médicas de toda la vida y las nuevas, las electrónicas. Se trata de un método a medio camino que incluye innovaciones informáticas pero que sigue necesitando el soporte papel y que proporcionó dolores de cabeza tanto a farmacéuticos como a usuarios.

Hace meses, los concellos donde había quejas eran Porto do Son, Lousame, Boiro y Outes. Ahí, los médicos hacían recetas electrónicas pero con soporte papel. El problema que había es que un enfermo con varios tratamientos tenía que ir cada día a por uno, y solamente contaba con un plazo máximo de diez días para recogerlo, sino le caducaba la receta. Los farmacéuticos explicaban que las personas del área rural, sobre todo la tercera edad, lo tenía muy complicado, ya que en caso de que tomasen varios medicamentos se hacían unos líos enormes para saber qué día concreto tenían que ir a por cada uno. Amén del problema que supone para mucha gente que vive en aldeas alejadas de las farmacias tener que ir hasta estos locales varias veces. Ahora, en estos municipios las cosas están mejor, ya que se pasó de ese sistema intermedio a la receta electrónica en toda regla. Solamente quedan algunos médicos que no dieron ese paso, por lo que las quejas aminoraron bastante, ya que con la electrónica al 100% el plazo para coger los medicamentos es mayor y los trastornos para los vecinos se reducen notablemente.

Mazaricos y Rianxo

Sin embargo, hay dos concellos que relevaron a estos en los problemas. Se trata de Rianxo y Mazaricos, donde ahora mismo se está implantando ese método intermedio entre las recetas de antes y las electrónicas. Distintos farmacéuticos de ambos municipios señalaron que hay gente que se queja, sobre todo, por el lío que supone a la hora de tener que ir a buscar cada día una medicina distinta.

Desde Mazaricos señalaron que el principal problema es la disgregación de la población. ¿Por qué? Mucha gente de las aldeas más alejadas del casco urbano tiene que venir en repetidas ocasiones a la farmacia para poder llevar sus tratamientos al completo. Esto provoca complicaciones y el hecho de que alguna vez lleguen a no tomar los remedios.