Un comercio cobra en la moneda que dejó de acuñarse en junio del 2001
01 jul 2010 . Actualizado a las 02:00 h.Las economías están un poco achuchadas debido a una recesión económica global que tiene medio asustados a los ciudadanos y ha provocado un importante descenso en los niveles de consumo. En momentos como este hay que agudizar el ingenio para salir a flote y eso, precisamente, es lo que ha hecho Josefa Sieira, gerente de un establecimiento comercial en la calle peatonal de Ribeira. Desde hace un par de meses, en su tienda se admite el pago en pesetas.
Esta autónoma explica que la idea de propiciar que la legendaria moneda volviese a entrar en su caja registradora ocho años después de la implantación del euro se le ocurrió tras leer diversas informaciones relativas a negocios de distintos puntos de España en los que se cobraba en pesetas.
La idea le resultó atractiva a Josefa Sieira, quien no dudó en informarse sobre las alternativas para cambiar la desaparecida moneda del reino por los comunitarios euros: «No Banco de España recóllenas e danche o importe correspondente en euros. O que sucede é que, por exemplo, no caso das moedas non admiten todas, só as da última acuñación».
Las planchas y troqueles de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre emitieron las últimas monedas, de 100 pesetas, el 19 de junio del 2001 y, a partir de ese momento, comenzó el principio del fin de una divisa que había iniciado su andadura en 1869.
Guardadas en casa
Animada por el hecho de que otras tiendas habían vuelto a poner en circulación la peseta, Sieira decidió que ella también iba a recuperar este clásico: «Escoitara a xente dicir que aínda tiña billetes na casa e pensei que esta era unha boa fórmula de que, si querían, puideran darlles saída».
Josefa Sieira posee un negocio en el que pueden encontrarse artículos de regalo, decoración y todo tipo de complementos. Se trata de objetos que, en épocas de crisis como las actuales, la gente no compra salvo que tenga la necesidad de hacerlo. A la hora de poner en práctica su idea de permitir el pago en pesetas, Sieira también pensó que esta era una buena forma de ir saltando los obstáculos que la crisis no deja de poner y animando a los ciudadanos a darse un caprichito sin que su bolsillo se resintiese.
Lo cierto es que la iniciativa está dando buenos resultados y, según explica la empresaria, son bastantes ya las personas que han sacado de los cajones olvidados billetes de mil, dos mil y cinco mil. De hecho, Josefa Sieira inició su aventura en primavera poniendo un cartel en el escaparate que decía: «Este mes cobramos en pesetas». La propuesta funcionó bien y, decidió ampliarla.
La autónoma comenta que gente que no se desprendió de ese dinero en su momento no sabía como hacerlo y, con su propuesta, se le ofrece la oportunidad de darle salida. De paso, ella también puede paliar la escasez de gasto que afecta a todos los negocios últimamente.
Calculadora
Sieira comenta que mucha gente entra en el establecimiento para preguntar cómo tienen que hacer y que algunos han regresado posteriormente para efectuar alguna adquisición.
Aunque se cobra en pesetas, los precios de los artículos de esta tienda ribeirense están, lógicamente, marcados en euros. Para hacer las cuentas y devolver al cliente el cambio en euros, la empresaria tiene en el mostrador una calculadora que directamente convierte las pesetas en euros. De esta forma, sabe cuánto tiene que cobrar y reembolsar en cada una de las monedas.
Cuando tenga cierta cantidad de dinero, Josefa Sieira acudirá al Banco de España para cambiarlo. Todavía no ha decidido durante cuánto tiempo continuará con esta iniciativa, pero quienes posean pesetas en su domicilio tienen una oportunidad de darles salida y, de paso, comprarse algún capricho sin que las cuentas del mes sufran un descalabro.
La noticia de que en la calle peatonal de Ribeira se puede pagar en pesetas ha empezado a circular y cada vez son más quienes buscan algún billete.