«Para os que estamos en Suíza o tema da nacionalidade é secundario porque todos pensamos en volver». Así se manifiesta Manuel Antelo González, emigrado en el país helvético desde hace un cuarto de siglo, y donde reside acompañado de su mujer y su hija, recientemente casada con otro español.
Manuel Antelo asegura que «aquí non pasa o mesmo que en Arxentina, Venezuela ou Brasil, onde se da o caso de que un emigrante chega a botar vinte ou trinta anos sen volver a España. Os nosos fillos teñen por lei dereito á dobre nacionalidade e, aínda que na maioría dos casos tamén eles pensan en volver a Galicia, tampouco terían ningún problema para facer españois aos seus descendentes porque xa figuran inscritos nos consulados dende o mesmo momento en que nacen», precisa.
El trabajador valora de forma muy positiva la modificación de la normativa que permite conceder la nacionalidad a los nietos de españoles pues la mayoría, «polo menos dos que estamos en Suíza ou en países europeos», siguen teniendo fuertes vínculos con España.
Retornos
Este emigrante, originario de Mazaricos y directivo del centro gallego O Feitizo de Berna, tampoco es ajeno al creciente retorno de emigrantes que justifica en la mala situación económica actual. «Aquí as cousas estanse poñendo mal e cada día aforras menos. Os que están pensionados ou teñen dereito a algunha axuda fan as maletas e marchan», lamenta.
Antelo González también apunta a la repercusión que sobre los emigrantes gallegos en Suiza tuvo una reciente ley promulgada por el gobierno helvético en el que se retrasaba hasta la jubilación la posibilidad de tener derecho al dinero de las cajas de pensiones, especie de fondos de inversión que se descuentan de las nóminas de los trabajadores, y que hasta la fecha podía recuperarse en el momento de dejar el trabajo.
«Moitos volveron a España para poder cobrar os cartos da retreta -nombre por el que son conocidos estos planes de ahorro- porque do contrario tiñan que esperar á xubilación para ter dereito a eles».