Unas clases de lo más sonoras

Luisa Gutiérrez luisa.lopez@lavoz.es

BARBANZA

02 sep 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

Precisamente en eso se han convertido los jóvenes que han participado en el curso de producción de audio que ha impartido Xabier Olite, técnico de TVG, productor y músico del grupo folk Fía na Roca. A esta actividad asistieron Marcos Pin, María Pardavila, Eva Ortega, Fran Lorenzo, José Manuel Fraga, Sonia Lebedynski y José Luis Miranda. Durante una semana, los alumnos se familiarizaron con el mundo de la producción y se adentraron en el mecanismo de grabación que se sigue en los estudios profesionales. El curso se organizó desde la Escuela de Música de Boiro, que dirige Miranda en colaboración con el Concello. Además, la actividad se enmarca dentro del Plan de Formación do Verán que el centro social de esta localidad ha hecho realidad a lo largo de estos meses estivales.

Nadie se lo quiso perder. El grupo ourensano Lamatumbá ofreció esta semana un concierto espectacular al que acudieron cientos de personas. La cita, en la plaza de Castelao de la localidad, se convirtió en todo un espectáculo en el que nadie pudo parar de bailar. Allí se reunieron los amigos de Pedro, más conocido como el Topi, que disfrutaron a tope de la cita musical. A su lado estuvieron Bruno, o leiteiro, Juanchiño, Josu y Pabuchi. Este grupo de colegas de Rianxo pasó una noche en la que la música fue protagonista indiscutible.

En un abrir y cerrar de ojos. Así es como se les habrá pasado el verano a los niños que participaron en las ludotecas estivales que se celebraron en Porto do Son. La responsable de este centro, Ana Freire, destacó la buena cogida que esta actividad ha tenido entre los más pequeños. Por ello, y para premiar a los participantes, los monitores que estuvieron al frente de esta actividad prepararon una fiesta en la que hubo de todo. La empresa de tiempo libre Golfiños y dos de sus miembros, Manola y Ana, jugaron con los chavales. La celebración, que se realizó el pasado miércoles, arrancó a las 11.00 horas con un sinfín de juegos en los que el agua fue la protagonista. Tras dos horas de incesantes experiencias, los chavales, exhaustos, disfrutaron de unos refrigerios.