El alcalde noiés, Rafael García Guerrero, entregó ayer en mano dos empanadas a Fraga Iribarne Poco más tarde de las once de la mañana de ayer, el regidor de Noia, Rafael García Guerrero, se presentó en los despachos de San Caetano para hacer entrega de dos empanadas de berberechos al presidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga Iribarne. El máximo responsable autonómico recogió personalmente las viandas y aprovechó la ocasión para trasladar al alcalde su preocupación ante la escasez de capturas que ha marcado los primeros días de la campaña marisquera en aguas de la ría noiesa.
14 nov 2001 . Actualizado a las 06:00 h.La cocinera, Eva Rodríguez, se tuvo que pegar un pequeño madrugón para que las empanadas estuviesen listas antes del mediodía de ayer. Tras una impaciente espera, las dos viandas abandonaron el calor del horno sobre las diez y cuarto de la mañana. Para verlas salir, estuvieron allí el presidente de la Asociación de Usuarios de la Plaza de Abastos, José Ulloa, cuyo colectivo proporcionó la materia prima, y el alcalde noiés, Rafael García Guerrero. Del casco histórico de Noia, el exquisito regalo gastronómico partió en un vehículo municipal rumbo a Santiago de Compostela. Ya en las dependencias de San Caetano fue el propio Fraga Iribarne el que recogió personalmente de manos del mandatario el obsequio realizado por el Concello y el mercado noiés. Agradecimiento de Fraga Además de agradecer a la autoridad municipal el detalle, el presidente del ejecutivo gallego lamentó la escasez de capturas por la que se ha caracterizado el comienzo de la campaña extractiva en las concesiones de la ría de Noia. Desde la capital compostelana, Manuel Fraga Iribarne quiso transmitir un mensaje de aliento a todos los profesionales del mar depositando sus esperanzas en que la situación mejore a medida que pasen las jornadas de trabajo en los bancos de la ría noiesa. Según el sabio criterio de la cocinera, con muchos años de experiencia a sus espaldas, los bivalvos empleados en esta ocasión en la elaboración de las empanadas son de menor calidad -un tamaño más pequeño- que los escogidos el pasado año. Para el regalito de ayer, Eva Rodríguez tuvo que echar mano de más de ocho quilos del preciado producto, que el lunes comenzó a capturarse en los bancos de la ría.